Enfermedades más comunes del primer año del bebé
En el transcurso del primer año de vida del bebé, es común que contraiga ciertas enfermedades frecuentes en ese período de tiempo y que pueden derivar en serias complicaciones si no son tratadas a tiempo. La principal recomendación de los especialistas en pediatría es que, ante cualquier duda o inquietud con respecto al niño, las madres acudan con el bebé a la consulta.
Enfermedades en bebes recien nacidos
Durante los tres primeros meses de vida, la fiebre es un síntoma del que hay que estar bien pendiente porque puede ser señal de varias afecciones. La fiebre debe ser motivo de atención médica para realizar los análisis respectivos.
Para que puedas estar atenta, conoce las enfermedades más comunes del primer año del bebé:
Estreñimiento
Por lo menos, un 30 por ciento de los niños a esa edad suelen verse afectados por el estreñimiento en algún momento. Se debe tener en cuenta que para la evacuación de los bebés no existe ni horario, ni cantidad de veces definidas para establecer un patrón normal. Algunos niños hacen su deposición después de las comidas y otros con menor frecuencia.
Eso dependerá mucho de lo que come y bebe el niño en su dieta diaria, así como de su actividad física, proceso digestivo y eliminación de desechos. Puedes llevar un control día a día de ese hábito.
No obstante, si piensas que el niño está estreñido, puedes guiarte por algunas señales que puedan arrojar indicios al respecto. Una de estas señales es que la cantidad de heces será menor a la acostumbrada, sobre todo si ya han transcurrido un par de días si haber logrado defecar, y le ocasiona muchas molestias. Otra señal de que pueda estar pasando por un estreñimiento sin importar la frecuencia con que evacúe, es el hecho de que sus heces sean duras y secas.
Otro aspecto a tomar muy en cuenta, es que si se nota una evacuación líquida en el pañal del bebé, no siempre debe ser tomado como una diarrea. Puede ser una señal de estreñimiento porque las heces líquidas superan las obstrucciones en la parte baja del intestino y pueden salir hacia el exterior.
Las posibles causas del estreñimiento en tu bebé pueden deberse al tipo de fórmula de leche que le estés suministrando (si es el caso), por lo que debes consultar al pediatra acerca de las alternativas a estos productos. De igual manera, la deshidratación puede ocasionar estreñimiento porque el cuerpo absorbe el líquido de los alimentos y dificulta el tránsito de los desechos por los intestinos.
Resfriados y tos
En ese primer año de vida, los resfriados son procesos que comúnmente afectan a los bebés. El ambiente no está libre de virus causantes de gripes y el sistema inmunológico de tu bebé no está en condiciones aún de proteger su organismo de estos agentes. Adicionalmente, como los bebés se llevan muchas veces las manos a la boca, es muy probable que estos microorganismos entren al interior de sus cuerpos y les provoquen el resfriado.
Estos cuadros catarrales suelen ser comunes durante el otoño e invierno, épocas en las que pasamos más tiempo en el interior de los hogares, siendo éste un ambiente favorable para la fácil propagación de los virus. El niño no está exento de contagiarse.
En todo caso, se deben conocer las señales del resfriado para no confundirle con una alergia. En este sentido, entre los síntomas de los resfriados está el goteo nasal constante que se alterna con moco amarillento o verdoso, los estornudos, la tos y, probablemente, la aparición de fiebre. Igualmente, los resfriados no suelen causar efectos sobre el comportamiento, a menos de que se trate de un resfriado muy intenso. Por lo general, el niño mantiene el mismo nivel de actividad.
Los síntomas de las alergias respiratorias son continuos y no hay presencia de fiebre. El resfriado común no durará más allá de siete días.
Diarrea
Un cuadro diarreico es un poco más simple de identificar al ver el pañal del bebé. La diferencia en cuanto a una deposición líquida es que la diarrea se presenta más frecuentemente, es muy líquida y suele presentar un olor fétido. El cuadro diarreico dura varios días y puede estar acompañado de cólicos o dolores estomacales.
La diarrea es muy común en esa etapa de la vida y dos de cada seis niños son atendidos por esta afección durante el primer año de vida. Su causa está vinculada directamente con procesos infecciosos virales o bacterianos. Puede acompañarse de vómitos, fiebres y dolor abdominal cuando la diarrea es manifestación de una infección viral,.
Por su parte, una diarrea causada por una bacteria puede manifestarse con heces sanguinolentas, fiebre y dolor abdominal. Algunas veces, las diarreas pueden ser el resultado de una reacción a algún alimento como las leches de fórmula, o algún medicamento.
Los zumos de frutas en exceso también pueden provocar diarrea en el bebé y en torno a esto, los especialistas aconsejan no suministrar jugos de frutas a los bebes antes de los seis primeros meses. Después de ese período, no se le debe dar al niño más de cuatro onzas de jugo de frutas al día.
La diarrea es una afección que no es grave siempre y cuando se tomen las medidas necesarias. La principal precaución es la hidratación del bebé porque pueden surgir complicaciones de salud si se deshidrata. Se le debe suministrar mucho líquido mientras persista el cuadro diarreico.
Si la diarrea va acompañada de vómitos, el médico puede sugerir que se le dé una solución electrolítica pediátrica que puede ser adquirida en farmacias y que, a veces, se presenta en polvo para ser preparada en el hogar según las instrucciones contenidas en los respectivos empaques.
Algo a evitar es tratar la diarrea del bebé como si fuera un adulto. No debes suministrarle ningún tipo de bebida deportiva tal como se hace en el adulto con diarrea, ni tampoco gelatinas de sabores porque ambos productos contienen una buena cantidad de azúcar que puede empeorar el cuadro diarreico.
Infecciones en el oído
Después del resfriado común, la infección en el oído u otitis media aguda como se le conoce, es la segunda afección más común en el bebé en el transcurso de su primer año de vida. Entre un 80 y 90 por ciento de los niños sufre una infección de oídos en ese período, incluso algunos de manera frecuente.
Los bebés a esa edad están anatómicamente predispuestos a la infección de oído. Esto se debe a que el espacio pequeño situado detrás de los tímpanos se encuentra conectado directamente con la parte posterior de la garganta por medio de un canal diminuto denominado trompa de Eustaquio. Cualquier afectación que impida la función normal de esta estructura (drenar la parte media del oído), lo cual sucede comúnmente durante los resfriados y alergias, incrementa la posibilidad de desarrollar una infección en el oído.
Otra razón por los que los bebés a esa edad son más susceptibles a las otitis en comparación con niños de más edad, es que las trompas de Eustaquio todavía no tienen la inclinación necesaria para un óptimo drenaje. Esto se va adquiriendo a medida que la cabeza del bebé crece dando más inclinación a las trompas de Eustaquio y facilitando el drenaje de líquidos provenientes de la zona media del oído.
La manera de saber si tu bebé está padeciendo un cuadro infeccioso en el oído, es observando si hay un cambio en su comportamiento con llanto constante, irritabilidad, presencia de fiebre independientemente de si el incremento de temperatura es leve, llevarse las manos y los dedos hacía algún oído, presencia de fluido claro o amarillento que sale del oído y puede tener un olor fétido, y disminución del apetito.
Otra manifestación que se puede dar ante un cuadro de infección en los oídos, es que el bebé tanga dificultad para dormir y llore frecuentemente durante las noches. Esto se debe a que el dolor causado por la infección suele incrementarse cuando el bebé está completamente acostado en su cuna.
De igual manera, otro detalle es observar si la sospecha de infección en el oído aparece después de que el bebé ha pasado por un resfriado. Por el proceso explicado anteriormente sobre la obstrucción de las trompas de Eustaquio, pudiera ser indicativo de que realmente el niño está padeciendo una otitis o infección de oídos.
Dos cosas que también pueden causar esta afección al bebé, es la exposición a humo de cigarro (puede causarle alergia respiratoria). También, el uso prolongado del chupete puede causar infección de oídos.
Independientemente de la afección que tenga el bebe, recuerda siempre consultar al pediatra antes de suministrarle algún tratamiento.
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