La demencia es una decadencia gradual de las capacidades mentales. Influye en las capacidades intelectuales y sociales hasta el punto de hacer difícil la vida cotidiana. La demencia puede modificar la memoria y el juicio, provocar un estado de desorientación y transformar la personalidad.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más corriente de demencia y afecta a cerca del 5 % de las personas de más de 65 años. Se manifiesta, más frecuentemente, entre los segmentos de la población que avanzan en edad, y en el 20 % – 25 % de las personas de más de 80 años. Cerca del 5 % o 10 % de los casos de demencia son de origen vascular como consecuencia de un accidente vascular cerebral. Por lo menos el 10 % de los casos de demencia son debidos a la enfermedad de Alzheimer y a los accidentes vasculares cerebrales.
La demencia no sobreviene repentinamente ni exige un tratamiento urgente.
Causas
La demencia puede ser provocada por un cierto número de factores:
· Alcoholismo.
· Lesión cerebral.
· Abuso de medicinas.
· Efectos secundarios de ciertas medicinas.
· Anomalías de la función tiroidea.
· Insuficiencia de vitamina B12.
En ciertos casos, la demencia puede ser reversible o avanzar lentamente cuando su causa ha sido tratada.
El vivir más años y los antecedentes familiares de demencia son factores de riesgo a los cuales les se añaden:
· Presión arterial elevada.
· Elevación del colesterol sanguíneo.
· Diabetes.
· Tabaquismo.
Desgraciadamente, cuando la demencia es debida a la enfermedad de Alzheimer, a una lesión cerebral o a una alteración de los vasos sanguíneos, es irreversible.
Las investigaciones sobre la causa y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer permiten conocer mejor esta afección y crean cada día nuevas esperanzas. Varias causas posibles han sido establecidas, particularmente los factores genéticos, exposición a toxinas, producción anormal de proteínas, virus y una mala irrigación del cerebro. El envejecimiento y la herencia (factores genéticos) están considerados como los factores que desempeñan el papel más importante en la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
La demencia vascular se produce por una serie de accidentes vasculares cerebrales que provocan la muerte de las células de ciertas regiones del cerebro. Esta afección causa una pérdida de las capacidades mentales que puede ser súbita, progresiva, gradual y constante. La memoria a corto plazo es la que se ve afectada en primer lugar.
Síntomas y complicaciones
Un gran número de nosotros olvidamos donde dejamos las llaves del coche, o le contamos, de nuevo, la misma historia a un amigo o a un miembro de la familia. Estos comportamientos se explican por una sobrecarga de información debida a una vida activa estresante aunque, necesariamente, no son signos de demencia. A medida que la gente envejece su memoria funciona de otro modo. Sucede, por ejemplo, que se trata más lentamente la información que le llega. Este tipo de cambio es normal. La demencia es, por el contrario, progresiva e invalidante y no atribuible al proceso normal de envejecimiento.
Los síntomas verdaderos de la demencia son pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales. La demencia incapacita a un individuo a acabar las tareas acostumbradas de la vida cotidiana. Puede causar cambios de comportamiento o de personalidad.
Entre los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, encontramos:
· Pérdida gradual de memoria de los acontecimientos recientes e incapacidad para enterarse de nuevas cosas
· Tendencia aumentada a repetirse, a perder objetos y a manifestar confusión.
· Desintegración progresiva de la personalidad, del juicio y de las competencias sociales
· Propensión aumentada a la irritabilidad, ansiedad, depresión, confusión y agitación.
Entre los síntomas de la demencia vascular, encontramos:
· Pérdida súbita de la memoria o de otras funciones mentales.
· Síntomas de accidente vascular cerebral (parálisis, confusiones del lenguaje y pérdida de la agudeza visual).
· Modificación del paso.
· Pérdida precoz del control de los intestinos o vejiga.
· Crisis súbitas y sin motivo, risas o lágrimas.
Diagnóstico
La demencia senil es diagnosticada por el estudio de los síntomas que la precedieron y por un examen físico. Tu médico evaluará tu cognición, es decir el conjunto de las funciones cerebrales asociadas con la memoria, evocación de recuerdos, toma de decisiones, lenguaje y capacidad de seguir directrices.
Las tomografías cerebrales pueden poner en evidencia los cambios que se efectuaron en la estructura cerebral. Un tomodensitometría o una estampería por resonancia magnética serán útiles para ayudar a reparar las afecciones.
La confirmación definitiva del diagnóstico puede ser obtenida sólo después de una biopsia que permitirá estudiar la estructura de un fragmento de los tejidos cerebrales, o una autopsia realizada después de la muerte. Si hay antecedentes familiares de demencia es preferible consultar a un médico.
Tratamiento y prevención
Para atenuar las pérdidas de memoria y los síntomas comportamentales que progresivamente se agravan, el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer consiste en emplear un abanico de medicinas:
· Amplificadores cognitivos.
· Calmantes.
· Antidepresivos.
· Medicinas ansiolíticas.
· Anticonvulsivos.
Medicinas como el donépézil *, rivastigmine y galantamine ayudan a veces a frenar la pérdida de memoria. Ninguna medicina puede parar o invertir las lesiones cerebrales provocadas por la enfermedad de Alzheimer. Existen, no obstante, algunas que pueden aliviar los síntomas. Los investigadores están poniendo a punto nuevas medicinas prometedoras capaces de retrasar la aparición de los síntomas de la enfermedad.
Trabajos recientes mostraron que los accidentes vasculares cerebrales constituyen un factor importante para la evolución de la enfermedad de Alzheimer, por tanto es importante prevenirlos.
La prevención de los accidentes vasculares cerebrales es solo eficaz en el caso de demencia vascular. Las personas que tienen una presión arterial elevada, sufren de accidentes isquémicos pasajeros o tuvieron un accidente vascular cerebral, deberían recibir tratamientos continuos contra estas afecciones con el fin de reducir la posibilidad de su recurrencia.
Para tratar y ayudar a las personas afectadas por demencia es importante poner énfasis en todas las actividades que la persona todavía puede ejercer. Debemos incitarle a proseguir sus actividades diarias y a mantener, en lo posible, sus relaciones sociales. Hay que, también, ayudarle a mantener un modo de vida sano gracias al ejercicio físico, a la dieta apropiada y a la ingestión de líquido suficiente. Las dietas especiales y los suplementos son generalmente inútiles.
He aquí algunos pequeños consejos que puedan ser útiles si te ocupas de una persona con demencia:
· Dale al paciente una listas con las cosas que debe hacer que incluya la hora de su ejecución, el lugar y los números de teléfono adaptados para facilitar la realización de estas tareas.
· Estructura y estabiliza su medio de vida reduciendo, por lo menos, el ruido y las perturbaciones inútiles que le provoquen ansiedad.
· Establece rutinas para regular las actividades efectuadas durante día, y en el momento de la acción de acostarse para tratar de reducir la desorientación y la ansiedad.
· Habla lentamente y con calma, formula sólo una sola idea y consigna a la vez.
· Disminuye el riesgo de que se pierda dándole una ficha que contenga su nombre, dirección y número de teléfono.
· Vigila que tu vivienda no presente peligro manteniendo los muebles en el mismo sitio, eliminando los objetos inútiles, instalando un cerrojo sobre el botiquín y ajustando el calentador de agua a una temperatura baja con el fin de evitar quemaduras.
· Prohibe a la persona afectada de demencia conducir un vehículo. Sírvele de chófer o pídele a alguien que le lleve.
Ocuparse de una persona afectada de demencia es una tarea muy pesada. Es importante dar prueba de comprensión, paciencia y compasión. Formar parte de un grupo de apoyo se revela útil para las personas que se ocupan de un paciente afectado por la enfermedad de Alzheimer.
Debemos prepararnos para el deterioro progresivo del estado del ser querido y prever la administración de cuidados a tiempo completo. En ciertos casos, el alojamiento en una casa de cuidados es la mejor solución para la persona afectada y su familia.