El mutismo selectivo: causas y recomendaciones para sobrellevarlo

¿Qué es el mutismo selectivo?

El mutismo selectivoHay transtornos que parecen poco comunes pero, en realidad, afectan a más personas de las que se podría creer. Uno de estos transtornos es el mutismo selectivo. Se trata de un trastorno de ansiedad infantil.

El mutismo selectivo infantil es un trastorno que generalmente aparece en jóvenes menores de 15 años. Se estima que en el mundo tienen este problema entre un 0.1 y 2 por ciento de los menores de edad. El análisis no se ha podido realizar con mucha precisión porque no se ha podido comprobar el problema en varias partes del mundo de manera efectiva.

De manera muy sencilla, se puede decir que este transtorno consiste en que el niño tiene capacidad para hablar pero decide no hacerlo. En vista de que no habla, los padres pueden pensar que el niño es mudo. No es así.

Hay veces que el niño necesita sentirse seguro para hablar y siente cierta hostilidad o inseguridad en otros ambientes. Por tanto, prefiere mantenerse sin hablar. El mutismo puede hacer que el niño no se comunique ni con personas mayores, ni con otros niños. El paciente se aísla de todos los que le rodean.

El mutismo es un problema algo complejo que puede tener origen psicológico. Es necesario tener mucha paciencia con el niño que lo padece e investigar muy bien, sobre todo los padres y maestros, para tratar este transtorno.

Las causas del mutismo selectivo

Este transtorno es muy extraño, y hasta el momento no se ha logrado determinar una causa específica. Se puede decir que este tipo de mutismo sigue siendo un enigma para la ciencia, aunque se han logrado desarrollar nuevos descubrimientos sobre la afección que pueden dar respuestas en el futuro.

El mutismo selectivo es muy común en niños menores de cinco años. Por lo general, son los más pequeños los que deciden no hablar aunque tengan capacidad para hacerlo. Muchos padres pueden pensar que el niño tiene dificultades para hablar, cosa que no es verdad, ya que se ha descubierto que el niño no solo puede hablar, sino que entiende cuando le hablan.

Estos niños no tienen algún problema que les impida hablar, pero no sienten la necesidad de hacerlo en determinados contextos. Los niños pueden sentir cierto temor o sentirse cohibidos para hablar en determinados ambientes. Es necesario estudiar cuál es el ambiente en el que el niño se siente más seguro.

Se ha logrado descubrir que este transtorno puede ser hereditario, aunque esto no quiere decir que todos los casos sean por herencia. De todos modos, se recomienda analizar a la familia para saber si ha habido otros casos similares en algún familiar cercano o lejano del afectado.

También, se ha logrado determinar que este tipo de mutismo está relacionado con la ansiedad o con la timidez extrema. Los niños pueden sentir temor de hablar en espacios comunes porque tienen un síndrome de timidez muy fuerte que les hace evitar conversaciones rutinarias con desconocidos o con personas que no les generan cierta confianza.

Los síntomas comunes del mutismo selectivo

Hay síntomas comunes en este transtorno que pueden ayudar a los padres y educadores a saber si un niño está pasando por este tipo de problema. Estos síntomas son generales, se debe estar alerta por si desarrolla otros síntomas poco comunes.

Lo más común es que el niño sólo tenga capacidad para hablar en el hogar familiar

El niño habla en casa, no con mucha frecuencia, pero se puede decir que es ahí donde se siente más seguro o donde los padres notan que su hijo habla más.

Temor o ansiedad en entornos desconocidos

El niño puede sentir cierto temor cuando llega a un lugar que no conoce. Se trata de un espacio donde hay personas que para él resultan desconocidas. En ese momento, el niño puede pasar por un episodio de timidez y no hablar casi nada o permanecer sin hablar durante largo tiempo o todo el tiempo que permanezca ahí.

No hablar en situaciones sociales

Si el niño se encuentra en un espacio público donde hay muchas personas o en lugares donde hay una cierta recurrencias de personas, puede no decir ni una palabra y mantenerse un poco retraído o aislado. Este es el síntoma más común del problema.

La timidez es otro síntoma muy frecuente

El niño no pronuncia palabra porque siente temor o vergüenza. También puede darle miedo incluirse en un grupo o realizar una determinada acción que le agrupe en un círculo social.

Para que los síntomas puedan clasificarse como propios del mutismo selectivo en niños, es necesario que estos duren, por lo menos, un mes. Este mes no debe ser tomado en consideración en el entorno escolar, ya que muchos psicopedagogos afirman que es común el mutismo o la timidez en la escuela durante los primeros días de clase.

El lado negativo y positivo de este transtorno

Este tipo de mutismo tiene muchos aspectos negativos en el paciente

Uno de estos aspectos es la imposibilidad de tener contacto visual con otras personas. El niño mantiene  una mirada vacía, sin ningún tipo de expresión y tampoco se ríe.

Se siente aislado. Tiene necesidad de encerrarse, de huir o, en el peor de los casos, de suicidarse.

Puede resultarle difícil saludar o tener una corta conversación con alguien. Puede ser sensible a la luz o el ruido.

Aunque todo parezca negativo, hay aspectos positivos de éste transtorno que no se ven a simple vista

Se dice que los niños que sufren de mutismo selectivo tienen una inteligencia alta o pueden llegar a ser superdotados. Aunque algunos creen que esta afección es una especie de autismo, se ha logrado determinar lo contrario.

Tienen una cierta empatía con las personas, lo que quiere decir que pueden percibir fácilmente los pensamientos o emociones que puedan tener. Estas habilidades pueden desarrollar su curiosidad al punto de hacer que estos niños sean muy intuitivos.

Tienen un gran poder de concentración. Los niños con este problema pueden concentrarse mucho mejor que otras personas. Incluso pueden percibir mejor todo lo que sucede  a su alrededor. Esto se debe a que en vez de hablar, se ocupan de escuchar y sentir.

Pueden tener una buena percepción de lo que es correcto y no lo es. A pesar de su corta edad, pueden llegar a tener valores que los otros niños no logran desarrollar de forma directa, sino que les son enseñados por sus padres o educadores.

Como tratar el mutismo selectivo: las recomendaciones

Como tratar el mutismo selectivoSi aparece un niño con este problema, es necesaria la colaboración de los padres con la escuela y especialistas en el tema. Es necesario que con la supervisión de un experto, se lleven a cabo cambios de comportamiento con el niño en la familia o en el entorno general.

La escuela debe ser un espacio seguro para el niño. Para ello, la familia debe colaborar de forma activa para que se sienta mejor y pueda ver la escuela como un segundo hogar. De esta manera, podrá expresarse de forma fluida con sus compañeros o con los adultos que allí estén.

En algunos casos, el niño necesita un tratamiento especial para controlar su timidez y los episodios de ansiedad. Este tratamiento está indicado para menores y no es un riesgo para la salud del niño. Este tipo de tratamiento debe ser administrado por un profesional. Se da en casos que pueden ser un poco más extremos o preocupantes.

Los grupos de apoyo han demostrado ser muy positivos para los niños y para los padres. El sentirse que no están solos, que hay personas iguales y que pueden apoyarse mutuamente, puede ser de gran ayuda. Los grupos pueden influenciar positivamente en los padres y mejorar la recuperación de los niños con este problema.

Se debe tener en cuenta que este tipo de mutismo aparece con una escala de riesgos. Si el niño presenta los síntomas, pero con el tiempo va perdiendo el temor y va hablando de forma fluida, no es necesario consultarle a un doctor. Tan solo será necesario trabajar junto a la escuela para que el niño tenga un mejor desarrollo en los entornos sociales.

En caso de que el niño tenga problemas de comunicación que afecten a su rendimiento escolar y a su relación con quienes le rodean, incluidos padres o amigos, es indispensable que el niño acuda a un especialista. Los padres también deben acudir a un especialista para saber de qué forma pueden influir negativa o positivamente en el problema del niño.

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