Niño enojado y niño que dice no: cómo actuar

Fase de oposición del niño: cómo reaccionar cuando el niño siempre dice no

Da igual lo que le pidamos, siempre dice «no». Es hora de ir a la cama, vestirse, cepillarse los dientes, guardar los juguetes… Da igual, sigue diciendo «no». Es la fase de oposición del niño.

Alrededor de los tres años de edad, tu hijo empieza a crear su propio mundo. Este es el momento en que los padres deben demostrar liderazgo y asumir su papel de educadores. Veremos las explicaciones del Dr. Christian Vernier, psiquiatra infantil, a continuación.

Para comprender mejor la gestión

Las primeras manifestaciones de oposición aparecen entre los dos y tres años. A esta edad, hay cambios en la vida del niño: adquisición de la limpieza, entrada al jardín de infancia, comienza a trabajar la madre, se produce el nacimiento de un hermanito o hermanita… Estos acontecimientos precipitan el empoderamiento del niño.

El niño entra en un proceso de socialización. Su persona comienza a afirmarse. El «no» es una manera de distinguirse intentando hacer valer sus deseos. Además, mientras dice «no» también dice «yo».

A los dos y medio o tres años aparece la mentira en la expresión del niño. Esto le permite crearse un mundo de fantasía en el que es todopoderoso y se siente menos dependiente de sus padres.

Niño que dice no: ten buenos reflejos para gestionar

Niño que siempre dice no«Deja que el niño diga «no” y no des importancia a sus oposiciones», dice Christian Vernier. A esta edad, aunque él diga «no», hará lo que sus padres le pidan. Con un poco de firmeza y confianza, no será difícil conseguir que obedezca si se sabe gestionar la fase de oposición del niño.

Es esencial que los padres conserven su papel de educadores. Tomar una posición y dar órdenes es su responsabilidad. Un consejo: evita perderte en explicaciones interminables cuando el niño discuta una decisión.

No hay ninguna razón para negociar con él como un igual durante la fase de oposición del niño. Si los síntomas persisten con protestas permanentes, si se niega a participar en la vida comunitaria cotidiana perturbando el entorno social o familiar, puede ser aconsejable consultar a un especialista que buscará la existencia de trastornos como depresión, hiperactividad, retraso del habla…

11 hábitos para tener autoridad frente a un hijo enojado

Creíste que nunca te sentirías impotente ante tu hijo. Pero ahora, al crecer, tu pequeño grita, te muerde…, y es difícil mantener la autoridad. Sandrine Dury, autora de «La guía indispensable para convertirse en una madre sin miedo», nos da unos consejos.

No te culpabilices

El bebé llora, grita, se pone caprichoso… Las rabietas de tu hijo no son evidencia de falta de autoridad, sino la oportunidad de ejercerla.

Te muestra su desacuerdo de inmediato

Trata de entender el origen y significado de ese enojo y calma a tu hijo. Si la crisis persiste, da un paso atrás y deja que tu hijo se calme solo para evitar el conflicto. El objetivo es mostrarle, claramente, que no estás de acuerdo con él.

No negocies

Tu hijo debe entender que la rabia no puede dar lugar a negociaciones. Pero, si puedes hablarle tranquilamente o estar receptivo.

Evita gritar más fuerte que él

El pequeño puede ponerte fuera de tus casillas. No entres en su juego y tratar de mantener tu calma.

Evita que alguien salga lastimado

Si tiende a dirigir su ira hacia los demás deberás intervenir antes de que aumente, y te mostrarás intransigente para que el niño entienda que las emociones negativas no deben, en ningún caso, ser una excusa o una coartada para la violencia.

Valida sus sentimientos

Las emociones no están sujetos al juicio de los demás. Diciéndole que tiene derecho a estar enojado, será como tu hijo entenderá que puede tener sus propios sentimientos sin necesidad de tu aprobación.

No debe expresarse de cualquier manera

Tu hijo tiene que entender que tiene derecho a sentir lo que quiere, pero no tiene derecho a expresar lo que quiere. Este desarrollo es importante ya que sienta las bases de las reglas sociales en las que tu hijo debe integrarse. Le ayudarás a darse cuenta del contexto y a entender que hay lugares y momentos que no se prestan a gritos y chillidos.

Pedirle que exprese su disgusto con alguna actividad que le relaje

Comienza a enseñarle a respirar, inhalar y exhalar profundamente para calmarse. También, le puedes dar a un objeto simbólico. A partir de los 3 años, trata de iniciarle en una actividad que le ayude a eliminar tensiones y expresar el malestar que le pueda invadir: dibujo, escritura, deporte…

Aprovechan el momento

No es fácil cuando la escena tiene lugar en el supermercado… Los niños tienen una habilidad especial para notar el momento en el que tendrás más dificultades para reaccionar. No cedas o la situación se repetirá sin cesar.

Trata de ser un «modelo» para el niño

Niño enojadoTrata de mantenerte tranquilo cuando expreses tu descontento por sus gritos. Debes recordar que alterarte no es buena solución ante los problemas.

Permanece vigilante

No hay nada alarmante en que el niño haga berrinches. Lo que debe alertar a los padres es la frecuencia de estos, la violencia de su manifestación y, en especial, que dichos accesos se produzcan bruscamente en un momento en el que niño estaba bastante tranquilo.

Tal vez busca llamar la atención. La opinión y asesoramiento de un profesional puede servir para que veas la situación con mayor claridad y ayudes a tu hijo. En pocas sesiones puede conseguirse.

10 maneras de hacerte obedecer por niños pequeños

En su libro «100 maneras de ser obedecidas sin gritos o nalgadas», la psicóloga Anne Bacus cuenta técnicas infalibles para que tu pequeño te obedezca. A continuación, diez trucos anticrisis probados y validados por el especialista.

Consejo 1: no culpabilizarte. No creas que siendo “blando” te va a querer más

Querer reemplazar la autoridad por los mimos… Temer ser un «verdugo» al imponer una sanción…

Ten en cuenta que querer al niño es aplicar las reglas cuando son necesarias.

Consejo 2: entender el juego de oposición

A los 2 años, tu pequeño se opone sistemáticamente a todo. Se trata de una verdadera declaración de independencia. El «no» le permite poner a prueba tus límites y tus nervios.

Para hacer frente a posibles crisis, Anne Bacus dice que hay que tener en cuenta que es sólo una fase, y que esta oposición sistemática pasará pronto. Sin embargo, es importante no ceder y decir la última palabra.

Consejo 3: no digas «no» todo el tiempo

Nada más molesto que todo el día le digas «no» a tu hijo. No, por los dulces en exceso. No, para que no moleste al hermanito o hermanita…

Por un lado, es agotador para el niño que entiende que no puede hacer nada. También para el padre que, a menudo, se siente como un verdugo. Para evitar esta palabra negativa, aprende a prohibir de manera diferente. Anne Bacus recomienda:

– Utiliza la mirada de desaprobación. También puedes utilizar onomatopeyas como «tsk tsk»…
– Ofrece una alternativa positiva en tu mensaje: «deja tu juguete a tu hermano si tú juegas con el suyo». En lugar de «no, no toques el juguete de tu hermano».
– Cuestiona a tu hijo en vez de desairarle. Dile, por ejemplo, «¿de verdad crees que es buena idea hacer eso?».

Consejo 4: usa el reloj como aliado

Un aliado insospechado: el reloj. «El uso del reloj estimula al niño a lograr lo que se le pide en un tiempo récord», dijo Anne Bacus. Así que, cuando quieras que tu hijo haga algo y él sea reacio a hacerlo, asegúrate de fijar un tiempo.

Por ejemplo, si quieres que vaya a su habitación, muéstrale la hora que es y dile «vamos a ver si eres capaz de almacenar tus cosas antes de que la manecilla del reloj alcance esta cifra». Motivado, tu hijo hará en un tiempo récord su misión.

Consejo 5: los padres  no deben expresar desacuerdo entre ellos

Nada peor que discutir con la pareja delante de los hijos en caso de desacuerdo sobre la educación. «Es mucho más simple y eficaz hablar con una sola voz y no desacreditar al otro padre a los ojos del niño», dice Anne Bacus.

Nunca deberemos poner al pequeño en una posición de árbitro ya que podría, por ejemplo, jugar con la diferencia de los puntos de vista de sus padres.

Si eres el primero en descubrir lo que el niño no hizo bien, imponle la sanción que le debas aplicar. Reforzarás tu autoridad y ganarás su respeto.

Consejo 6: establece un ritual

Los buenos hábitos se deben introducir lo antes posible. Con el uso de pequeños rituales, el niño se vuelve más sensible a las reglas que rodean su vida diaria: hacer la cama, tomar su desayuno, recoger la mesa…

Ana Bacus dice que los padres deben ser rigurosos en los primeros años del niño.

Implántale pequeños rituales tranquilizadores.

Consejo 7: habla de manera correcta

Las normas de conducta impuestas a un pequeño pueden convertirse, rápidamente, en una pesadilla. Para evitar la desobediencia, háblale con claridad. Tómate tiempo con el fin de hablar con él cara a cara, y asegúrate de decirle algo simple y preciso con todas sus instrucciones. Luego, pídele que repita en voz alta la regla para asegurarte de que tiene todo bien entendido.

Si habla en voz alta y grita, pídele que baje el tono de su voz, podrás escucharle mejor y se calmara. Por último, no dudes en ser la voz del «jefe» para que entienda que debe obedecer al instante.

Consejo 8: enfoque positivo

Los niños, como los adultos, son sensibles a los elogios recibidos por tener la «actitud correcta».

Tu hijo puede haber puesto a prueba tus límites. Sin embargo, céntrate en las buenas obras que ha hecho durante el día. Sentir demasiada culpa puede llevar al pequeño a considerar que nunca hace las cosas bien y afectar de forma permanente su confianza.

Consejo 9: le ofrecemos la opción

Deja que el niño escoja algunas cosas que le permitan estar preocupado por sus decisiones familiares. Por ejemplo, al elegir el postre se le puede preguntar si quiere «yogur o fruta». Esto le ofrecerá hacer una elección. Pero, procura proponer, de todos modos, una gama de opciones «cerradas».

Consejo 10: respeta tus propios límites

Para seguir manteniendo una relación estable y buena con tu hijo, debes cuidar de ti mismo y respetar tus límites. A veces, se pueden decir cosas que no se sienten.

Cuando el punto de ruptura esté cerca, Anne Bacus aconseja a los padres abandonar momentáneamente el lugar e ir a despejar la cabeza.

Aceptar tus limitaciones también significa ser padre.

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