Cómo hacer dormir a un bebé según su edad
Como hacer dormir a un bebe
Entre los 3 y 6 meses, el bebé está fisiológicamente listo para dormir toda la noche. Será importante tu actitud y capacidad para gestionar los incidentes que puedan surgir.
En el útero el feto duerme sin distinguir el día de la noche, algo que sí afecta a nuestra vida adulta.
Será entre los 3 y 6 meses cuando su reloj biológico alcance la madurez para organizar sus etapas de sueño y conseguir dormir, durante la noche, al menos seis horas seguidas.
Cómo debe dormir el bebé hasta su primer año: marcar pautas
No te hagas ilusiones, los pequeños a esta edad todavía tienden a despertarse varias veces durante la noche. Pero, ya es hora de intentar inculcarle buenos hábitos de sueño que le permitirán volverse a dormir sin necesitar nuestra presencia.
- Si no lo has hecho aún, instálale en su habitación y enséñale a dormir solo. Durante la noche seguramente se despertará y comenzará a llorar en algún momento. Es normal, y debes resistir la tentación de saltar de la cama y cogerle entre tus brazos. Esto, obviamente, será más fácil cumplirlo si se encuentra en otra habitación.
- Dale puntos de referencia que le permitan distinguir el día de la noche. Deja las persianas durante el día abiertas y apaga la luz, por la noche, cuando se duerma.
- No respondas constantemente a su llanto nocturno dándole biberón. De lo contrario, puede despertarse cada noche, durante meses, exigiendo comer.
- Cuando duerma una noche completa, felicítale. Esto puede ayudarle a evolucionar.
- No dejes que se duerma encima de ti como un recién nacido. Ponlo en su cama y no olvides darle las «buenas noches» e irte tan pronto como notes que quiere dormir.
Cómo hacer dormir un bebé entre 1 y 3 años: establecer rituales
Aprendió a caminar, hablar, gana todos los días un poco de autonomía. No es de extrañar que para dormir decida hacer un poco lo que quiera. Este es el período de «no quiero ir a dormir», que podría prolongarse si no impones tu voluntad.
Los niños de esta edad duermen un promedio de doce a trece horas durante la noche. Sin embargo, también puede querer dormir menos tratando de afirmar su personalidad.
¿Cómo reaccionar?
- Evita frustrarle enviándole a la cama muy temprano. Tu hijo necesita vivir la diferencia entre la noche y el día para aprender a encontrar un sueño tranquilo.
- No le interrumpas un juego para mandarle a la cama. Obviamente, va a rebelarse y el conflicto abierto puede extenderse hasta bien entrada la noche. Dale tiempo para terminar su juego evitando que lo prolongue demasiado.
- Rodéale de un ambiente tranquilo y establece rituales reales que hagan que la hora de dormir sea un buen momento para él y para ti. Cuéntale un cuento, cántale una canción, escucha con él su música favorita… Todo esto aumentará su deseo de acostarse y lograrás su paso, sin problemas, de la vida social a la soledad. Tendrá menos problemas para conciliar el sueño.
- Estate pendiente del momento en que parezca querer dormir. En cuanto veas que se frota los ojos y empieza a bostezar, será señal que está listo para dormir. No pierdas la oportunidad de acostarle en ese momento.
- No seas demasiado rígida con los horarios. Si realmente no duerme cuando le acuestas, retrasa la hora de dormir. Regresará, gradualmente, a un horario más razonable.
¿Qué pasa si se pasa a tu cama?
Si ves que a las cuatro o cinco de la mañana el niño se pasa a tu cama, no cedas a la tentación de actuar como si nada hubiera pasado. Esta práctica ocasional puede convertirse en un hábito y fortalecer sus problemas de sueño.
Sé firme y explícale que la cama de los padres debe seguir siendo de ellos. Sin embargo, se puede instalar con su cuna durante algún tiempo. Esta solución, muy segura para niños pequeños, permite resolver problemas si se despiertan y evita que no puedan dormir durante la noche.
Cómo enseñar a que duerma un bebé de entre 3 y 6 años: un sueño a menudo interrumpido
Dormía como un ángel pero nuevamente se despierta gritando, o ya no está dispuesto a seguir solo en su habitación. Un momento difícil en el que el diálogo debe ser permanente.
Entrada en el jardín de infancia, escuela de aprendizaje y socialización temprana… Hay muchos eventos que alteran la vida de un niño e interrumpen su sueño. Especialmente en esta edad necesitarás imaginación.
Para mantener la calidad máxima de descanso, toma las precauciones adecuadas:
- Si viene muy cansado de la escuela no dudes en echarle a dormir la siesta. Siempre que no dure demasiado tiempo, no perturbará su sueño nocturno y podrá conseguir que esté más relajado durante la noche.
- Que sus horarios sean regulares. Aunque su hermano mayor vaya a la cama más tarde, no le des más tiempo, sus necesidades de sueño son diferentes. Explícaselo y mantente firme para que no retrase su horario mucho tiempo.
- Cuando se despierte en la noche llorando, no tomes sus malos sueños a la ligera. Haz que te cuente su pesadilla, es una buena manera de calmarle el miedo. Sin embargo, debes resistirte a su petición de llevarle a dormir a tu cama. Mejor quedarse con él en su habitación y esperar hasta que se calme y vuelva a conciliar sueño. No es muy cómodo pero ayudará a evitar cualquier «chantaje» a partir de entonces.
- Ten en cuenta su ansiedad para quedarse dormido. Si necesita un piloto, o mantener la puerta entreabierta para deslizarse silenciosamente en los brazos de Morfeo, hazlo sin dudar.
No se trata de exceso de flexibilidad, sino de comprensión.
El bebé tiene terror a la oscuridad
Los temores son parte del desarrollo normal del niño. Alrededor de los 18 meses aparece el miedo a la oscuridad. Un miedo alimentado por los fantásticos cuentos a los que es tan aficionado.
El bebé tiene miedo a la oscuridad: una terrible angustia
Recientemente, tu hijo se despierta con frecuencia durante la noche. Grita, pide ayuda, llora.
Sin duda, el miedo a la oscuridad puede afectarle.
Cuando se despierta, se siente perdido. Ésta es también la edad en la que el niño tiene problemas para distinguir la realidad de la fantasía. Él se deleita con las historias «terribles» de lobos, ogros, brujas…, que le cuentas. Pero, ya en la cama, estos fantásticos personajes vuelven a aparecer y le producen pesadillas.
El bebé tiene terror nocturno: ¿cómo tranquilizarle?
Evita, si es posible, que duerma solo: la presencia, en su habitación, de un hermano o hermana le tranquilizará.
La luz, también: deja un piloto o la puerta entreabierta en un pasillo iluminado. Ayúdale a no temer la oscuridad con el aprendizaje de lo que representa la noche y sus sonidos.
Le mostrarás cómo una noche estrellada, iluminado por una luna creciente, puede ser bella.
Por último, no dudes en contarle historias donde el héroe es ayudado y protegido por la oscuridad.
Todo ello evitará que se impresione el niño, y te permitirá gestionar mejor los sentimientos contradictorios que a veces le invaden: tanto el miedo a ser devorado, como el miedo a la separación.
Habla con tu hijo sobre su temor explicándole que es un sentimiento natural, que todo el mundo puede tener miedo a la oscuridad. Estate un rato con él al acostarse. Establece nuevos rituales: canciones, cuentos… Explícale que si un verdadero peligro se manifestara, estarías ahí para protegerle.
Pesadillas, terrores nocturnos: ¿cuál es la diferencia?
Pesadillas y terrores son dos trastornos del sueño muy diferentes. Las primeras, son los «sueños ansiosos» del interior del niño. Las últimas, se caracterizan por manifestaciones físicas del miedo mientras el niño está dormido.
Mi bebé tiene pesadillas
Las pesadillas suelen ocurrir durante el sueño REM al final de la noche. El niño se despierta, llama a sus padres y tiene que ser consolado. Mantiene una memoria exacta de su pesadilla y puede tener miedo de volverse a dormir.
Sin detenerte demasiado tiempo, puedes tranquilizarle. «Estudios han demostrado que entre los 2 y 12 años, el 75% de los niños, en ocasiones, tienen pesadillas. Su frecuencia varía de niño a niño y los temas son variados, a menudo vinculados a temores específicos», dice el Dr. Michel Lecendreux, psiquiatra infantil.
Según hipótesis psicoanalíticas, las pesadillas permiten al niño vivir sus miedos, deseos y fantasías.
Los terrores nocturnos del bebé son mucho más impresionantes
Ocurren con mayor frecuencia entre las tres primeras horas después de acostarse, durante el sueño profundo. El niño grita, suda, tiene dificultad para respirar y mirada de terror, pero ni es consciente de ello ni está despierto. Mejor no despertarle e intervenir lo menos posible.
«Afecta a alrededor del 3% de los niños. Pueden aparecer temprano, a los 2 años, pero es más frecuente alrededor de los 4».
«En realidad no sabemos las causas de los terrores nocturnos, la genética sigue siendo una hipótesis. La influencia de factores externos como el estrés o la falta de sueño también podrían estar involucrados», concluye el Dr. Lecendreux.
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