En la actualidad, tener cerca un niño rebelde es más común de lo que parece. La rebeldía de un hijo es un problema que afecta a gran cantidad de padres en el mundo y que puede llevar a conflictos que afecten la dinámica familiar. La rebeldía constante es una conducta dañina y no solo para el desarrollo del niño, sino, también, para la convivencia de toda la familia.
La rebeldía de un niño crea tensión emocional, estrés y en ocasiones agresividad. Es por ello que debes prestar atención a las señales que puedan surgir en la conducta de tu hijo e intentar resolver esa situación cuanto antes.
En este artículo te daremos algunos consejos para tratar a un niño rebelde mediante una serie de pasos que te ayudarán a sobrellevar esta mala actitud.
Qué hacer cuando un niño rebelde contesta
- Hay que mantener la calma y no responder con gritos a la mala actitud del niño.
- Le diremos que nos importa y que su comportamiento es inadecuado.
- Le explicaremos lo que esperamos de él y le diremos que puede expresarse sin necesidad de ser maleducado.
- Por último, le daremos tiempo para pensar en lo que ha hecho.
Consejos para tratar a un niño rebelde
- Si tu hijo no obedece, llora, protesta por todo y hace lo que le parece sin prestar atención a tus indicaciones, puedes estar ante un trastorno negativista desafiante, una conducta que dificulta la educación tanto para los padres como para los profesores. Para conseguir cambios en la conducta del niño es sumamente importante que los padres se impliquen.
- Los expertos dicen que a partir de los dos o tres años, estas conductas empiezan a ser visibles y más frecuentes en niños que en niñas. El patrón incluye rebeldía, desobediencia y hostilidad hacia cualquier figura que represente autoridad.
- La mejor técnica para tratar a un niño rebelde es la motivación. Para motivarle, lo ideal es reforzar los aspectos positivos y castigar los negativos. Para cambiar su actitud negativa, los psicólogos recomiendan mantener una actitud colaborativa, es decir, hacerle saber mediante una conversación respetuosa que su conducta está errada y tratar de llegar a un acuerdo donde las dos partes estén conformes.
- No pierdas el control ante la rebeldía del niño aunque no sea fácil. Puedes colocarte a la altura de tu hijo, hacer contacto visual y decirle con firmeza (pero sin gritos) que no puedes aceptar su actitud.
- Otro aspecto que contribuye a evitar la rebeldía es establecer tareas o rutinas que el niño pueda cumplir. Prepara una rutina, un horario, para que lleve una vida ordenada y pueda cumplir todos sus deberes del día. Los horarios para comer, jugar, asearse, hacer las tareas, descansar…, permiten lograr un equilibrio.
- Los limites y las normas son clave para establecer barreras entre lo que se puede y lo que no se puede hacer. Estas normas deben ser razonables, muy claras y entendibles para la edad de tu hijo. No debes exigirle más de lo que puede hacer. Debes explicarle los beneficios y el porqué de cada regla.
Debes recompensar su buena actitud con cariño, apoyo, palabras de agradecimiento y, de vez en cuando, algún premio.
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