Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos
Con fatiga y estrés, es difícil no levantarle la voz al niño cuando es reacio a hacer lo que se le pide. Sin embargo, gritar no sirve de nada y, además, crea una pesada atmósfera en la casa. Nathalie Boisgrollier, autora de «Criando niños sin levantar la voz», nos da diez consejos.
Adaptar el entorno a tu hijo
El problema:
Julia extiende todos sus libros por el salón. David pone sus pies en el sofá.
El consejo de educación:
Deberemos adaptarle el entorno al niño para que sea autónomo. No se le puede pedir a un niño menor de cinco años que no ponga los pies sobre el sofá o la silla. Será mejor que sigas usando el viejo sofá mientras el niño sea pequeño o que lo cubras con una manta. Igualmente, prepara una zona para que tu hija ponga sus libros. Asegúrate de que el cepillo de dientes y la toalla estén al alcance de tu hijo para que pueda hacer las cosas solo. Esto evitará conflictos.
Cómo ser obedecido sin gritar: dedica tiempo a la familia
El problema:
Aunque estás tratando de mantener la calma, no puedes parar de gritar a Manuel cuando se sube, por quinta vez, encima de la mesa de cristal.
El consejo de educación:
Siempre que puedas dedica el fin de semana a la familia. Esto permitirá que estéis más unidos.
Utilizar el «yo» y no el «tú»
El problema:
Cuando hablas con tu hijo, a menudo utilizas un acusador «tú». Sería preferible que le dijeras: “yo desearía que hicieras…”
El consejo de educación:
Aprende a usar el «yo» y a emplear palabras positivas.
Dile: “gracias por poner orden en tu habitación. Me siento muy feliz cuando la veo ordenada”. Intenta crear un clima de confianza.
Retirar las pantallas
El problema:
Tu hijo adolescente envía SMS durante las comidas…
El consejo de educación:
Retirarles las pantallas es obligatorio. No debería haber televisión ni teléfono durante las comidas. Es necesario escuchar a las personas que están alrededor de la mesa. Se necesita tiempo para comunicar, compartir y establecer una relación real. Debe crearse una conexión con intercambios de calidad.
Inicialmente, los niños obedecen por miedo pero, con el tiempo, se acostumbran y ya no hacen caso. Por tanto, debemos tomarnos tiempo para iniciar un diálogo real.
Hablar
El problema:
La persona está molesta por un problema en el trabajo y se altera con los niños. Tu pequeño se molesta por algo que no entiende.
El consejo de educación:
La técnica de hablar es mágica. Se puede utilizar para distribuir las tareas o expresar una preocupación. Esto permite que cada uno aprenda a comunicarse, escuchar y encontrar una solución. Lo más eficiente es establecer reglas todos juntos para tomar decisiones arbitrarias.
Utilizando la técnica del 1, 2, 3
El problema:
Es hora de comer. Llamamos a los niños que se retrasan.
El consejo de educación:
Imagínate que estás trabajando y te piden que te sientes a la mesa en un minuto: no es agradable.
En su lugar, utiliza la técnica de gran alcance de 1, 2, 3 (exigimos las cosas tres veces, la última sonará a sanción). Dale tiempo para que empiece a moverse. Le das una pequeña oportunidad de obedecer.
En general, establece reglas claras y precisas. Haz que se repitan para ver si tu hijo las ha entendido y conoce las consecuencias de no obedecer.
Adaptar el tono de voz
El problema:
Le dices a tu hijo Luis que deje de hacer el payaso y, al mismo tiempo que le gritas, te ríes de sus tonterías. Cuidado, podrías perder toda credibilidad.
El consejo de educación:
El tono de voz es muy importante. Si no estás convencido de lo que le pides, habrá una inconsistencia entre tu solicitud y estado emocional y no funcionará. Usa una voz firme cuando le pidas que ordene su habitación. Utilizar el tono apropiado será mucho más eficaz.
Adaptar las órdenes a su edad
El problema:
Envías a Emilia a la ducha y te das cuenta de que no ha sabido aplicarse bien el champú.
El consejo de educación:
Deberemos acompañarles a la ducha si tienen entre tres y ocho o, incluso, diez años. Si les ayudas desde pequeñitos, eso les permitirá ser más autónomos. La clave es hacer coincidir las habilidades con cada edad. Por ejemplo, «comienza a ducharte, estoy aquí para ayudarte». Un niño de tres años de edad no tendrá éxito solo, es lo normal.
Llama su atención sobre lo que está permitido
El problema:
Ho lo hagas. No hagas eso. No vayas hacia la salida. No juegues con ese jarrón… Estas frases atraen a los niños más hacia el peligro.
El consejo de educación:
En lugar de negarles todo, llama su atención sobre lo que está permitido. Siempre decimos “vas a hacerte daño”.
Si salta en el sofá, ofrécele jugar en otro sitio contigo, o preparar la comida. Es necesario que le propongas una actividad alternativa.
Pasar por encima del castigo
El problema:
Tu cónyuge ha castigado a vuestro hijo. Tú crees que no era para tanto y le levantas el castigo.
El consejo de educación:
Nunca, delante de los hijos, niegues la autoridad del padre. Esto no impide que luego, cuando estéis solos, habléis del tema. La coherencia entre los adultos es esencial.
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