El acoso escolar: reconocerlo y prevenirlo
El acoso escolar existe: insultos, intimidación, palizas… Se trata de un abuso diario infligido a los «elegidos».
Las autoridades escolares no siempre detectan este problema. Sin embargo, el sufrimiento de un niño acosado se manifiesta de varias maneras que se pueden identificar.
¿Qué es el acoso escolar o bullying?
El acoso escolar abarca una serie de indignidades sufridas por una o más personas: burlas, insultos, rechazo, aislamiento, humillación, críticas, chantaje, limitaciones, amenazas, golpes… El acoso escolar es un problema social grave que no debe ser trivializado.
Los niños son «acosadores» por varias razones
- Los celos. Codician en el otro lo que ellos no tienen.
- A menudo reproducen lo que viven o han vivido ellos mismos en la escuela o en su casa traspasando su sufrimiento a la víctima.
- Venganza después de un problema.
- Falta de autoestima. Degradación del otro quitándole importancia ante los ojos de los demás.
- Etcétera
Estas prácticas afectan a niños especialmente tímidos, inseguros, impresionables y vulnerables con trastornos del aprendizaje o pérdida de la audición de leve a grave. Los niños más envidiados son los que tiene buen rendimiento académico social y gran personalidad.
El niño que se siente bien consigo mismo y tiene la autoestima alta, se sentirá menos influenciado al ser menos frágil. Sin embargo, no siempre sucede esto con los demás.
A esta edad, la presión del grupo es importante. Es alta la necesidad de identificarse con los otros y la de pertenecer a un grupo. El niño o adolescente puede ser manipulado por un «acosador». Es algo que debe detenerse inmediatamente.
Los niños víctimas de acoso escolar no hablan necesariamente con sus familiares por temor a represalias o por sentimientos de vergüenza y culpa. Los maestros y los padres deben estar atentos a los cambios en el comportamiento de sus estudiantes o hijos. Puede aparecer una aparente y crónica tristeza, retraimiento, agresividad e incluso violencia para sí mismo o para los demás, ansiedad por separación, quejas somáticas como dolores de estómago o cabeza, dificultad para respirar, eczema, náuseas, vómitos…
En casa, los padres deben preguntarle a su hijo o hija qué le sucede. Aunque el niño no quiera contar lo que le sucede, entenderá que se preocupan por él. Tu hijo necesita que estés disponible y le escuches. Debe sentir que estás allí.
Cuando empiece a hablar, es importante no juzgar ni evaluar. Se le debe permitir que exprese sus emociones para, después, tranquilizarle.
Los padres deben enseñar a sus hijos a respetarse a sí mismos y respetar a los demás. A decir que no y ser responsables de su cuerpo.
También, los padres deben crear un clima de confianza relativa para que el niño pueda contar su sufrimiento y pedir ayuda cuando sea necesario.
Se le debe pedir al acosador que detenga sus acciones y no intimide al niño. Explicarle que puede ser sancionado por sus padres, la administración de la escuela o la justicia si la otra familia decide presentar una queja, algo, a veces, inevitable.
Hazle saber a tu hijo que te preocupa lo que le sucede y que puede contar contigo. El primer paso será hablar con el profesor y la dirección del centro.
Los niños acosadores también sufren
Sí, alguno ha intentado suicidarse en la edad adulta. Al darse cuenta de que a través de sus acciones llegan a asustar y se creen muy respetados, desarrollan un sentido de omnipotencia que, si no se detiene de adulto, perdurará y llegará a ser cada vez más importante y destructiva. Necesitan que se les ayude a prevenir los actos más violentos.
Deberás hablar tan pronto como sea posible con tu hijo sobre el acoso escolar. Sin dramatizar, permanece objetivo e infórmate. Hazle preguntas, escúchale, pregúntale sobre sus relaciones con los demás y lo que hace durante el recreo.
A partir de los 4 o 5 años, los padres pueden abordar el tema con sus hijos para reflexionar sobre su capacidad para ponerse en el lugar del otro, preguntándole:
- ¿Qué te parece Lucas?
- ¿Qué crees que siente cuando te burlas de él?
- ¿Qué crees que sentirá cuando le dices a la gente que no vaya con él?
- Imagina que estás en su lugar. ¿Qué sientes?
Háblale sobre el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Háblale sobre lo prohibido, las normas de convivencia y las consecuencias cuando no se cumplen (castigo).
Dentro de las escuelas, es esencial la intervención de un mediador. Su papel es el de escuchar a ambas partes y dar a conocer al acosador el alcance y el impacto de sus acciones en la víctima para ayudarle a crear conciencia sobre lo que no siempre se mide: el daño que hace.
Si el niño sufre acoso escolar, es esencial que informe a sus padres. También sirve para sancionar al acosador si continúa acosando a pesar de las advertencias. Al niño acosado se le hiere en su autoestima que se debilita con el tiempo. Algunos niños sufren acoso durante años y sólo hablan de ello cuando son adultos.
El acoso escolar puede llevar a desarrollar fobia a la escuela, ansiedad, angustia crónica, aislamiento, depresión o pensamientos suicidas durante la adolescencia y edad adulta.
Sería útil organizar un día nacional sobre el tema para hablar sobre el acoso escolar físico y psicológico, la coacción, el chantaje (extorsión o amenazas de toda índole), la manipulación, así como de los problemas emocionales en torno a estos temas y las consecuencias de sus acciones.
¿Cómo reconocer el acoso escolar?
No siempre es evidente, sobre todo durante la adolescencia, identificar los signos de intimidación en tu hijo. Algunas acciones maliciosas pueden ser tomadas por los padres como mera burla infantil y el malestar de las víctimas puede atribuirse a una crisis de adolescencia o una mera incomodidad temporal.
Algunos de los signos ante los cuales deben alertase los padres:
- Trastornos del sueño.
- Irritabilidad.
- Agitación.
- Susceptibilidad.
- Aislamiento social.
- Trastornos de ansiedad y / o estrés (dolores de estómago, eczema…).
Por otra parte, en las escuelas, el profesorado puede apreciar:
- Una disminución en el rendimiento escolar.
- Un aumento de las ausencias.
- Efectos sobre la conducta (rabietas).
- Una actitud provocativa.
Tipos de acoso escolar
El acoso escolar no sólo puede reducirse a la burla. La violencia física se puede detectar a través de cicatrices visibles. La violencia psicológica (insultos, intimidación amenazas verbales…) es peligrosa y más difícil de detectar.
El acoso escolar físico que refiere el 5,1% de los estudiantes comprende golpes, peleas, robos, extorsión, confinamiento forzoso, gestos inapropiados… Ten en cuenta que los «juegos peligrosos», tales como desmayos, o los juegos desafiantes también pueden ser parte de un acoso escolar.
El acoso escolar psíquico afecta a un 8% de los estudiantes. Ya sea verbal o simbólico, el acoso escolar moral se presenta en tres tipos:
- Verbal (insultos, amenazas, críticas).
- Emocional (humillación, chantaje).
- Sexual (provocaciones verbales sexuales, amenazas de violencia sexual).
El ciberacoso escolar afecta con mayor frecuencia a las niñas a través de Internet, mientras que los niños son más acosados por el teléfono móvil.
Las nuevas tecnologías de la comunicación permiten que los insultos y amenazas continúen en casa. El acoso escolar cibernético puede tomar muchas formas: insultos, difundir rumores…
¿Cómo reaccionar ante el acoso escolar?
Resulta difícil cuando uno se ve sometido a la burla diaria y los insultos de sus compañeros tener la fuerza necesaria para decir basta o, simplemente, hablar de la situación con alguien de confianza. Los padres deben ser los primeros en informar sobre un problema de acoso escolar.
Lo primero que los padres deben hacer es notificarlo a la escuela y solicitar una reunión con el profesorado. Esto alertará a los maestros acerca de la naturaleza del acoso. Conocer los detalles les hará buscar soluciones para detener el problema. Si no se toman medidas o el problema persiste, es imprescindible hablar con el director de la institución.
Hay que educar a los niños sobre el tema. Como víctimas o testigos, también pueden reaccionar.
En caso de acoso escolar, el niño debe saber que puede hablar con sus padres, un adulto de la escuela (supervisor, maestro…) o un compañero de clase que sea capaz de hablar del tema con un adulto. La violencia no debe ser en ningún caso la respuesta. Sólo el diálogo puede detener el acoso escolar.
El acoso escolar: cinco consejos para actuar
Los datos sobre el acoso escolar son escalofriantes.
Los padres no deben involucrarse directamente
Es fácil entender que el corazón de los padres sufre al conocer que su pequeño tesoro se ve acosado en el colegio. Pero, es inútil ir y darle una bofetada al niño acosador porque agravarán el problema. El acosador pensará que el niño acosado es incapaz de intervenir en su defensa. Para el acosador es una victoria que su maldad y sus acciones movilicen a los adultos. La psico-médico anima a los padres a intervenir al lado del niño y no a actuar en su lugar.
De acuerdo con el método de Emmanuelle Piquet contra el acoso escolar, la intervención directa de un adulto debe evitarse.
El profesional de la salud también aconseja no pedir al niño que ignore a su acosador. No funcionará porque el niño continuará escuchando las palabras del acosador y se cerrará en sí mismo.
Los padres no deben crear ansiedad y presión en sus hijos
Emmanuelle Piquet cree que a los padres les preocupan cada vez más las relaciones de sus hijos en la escuela.
Esta preocupación crea ansiedad y presión en el niño que siente la ansiedad de sus padres. Hoy en día, ver a un estudiante solo en el patio se considera un problema. La soledad está mal vista. Sin embargo, algunos niños, como los que tienen el síndrome de Asperger, prefieren estar solos.
Dar un giro de 180° ante el acoso
En otras palabras, se debe tratar de cambiar la postura para detener el acoso escolar. Emmanuelle Piquet dice que palabras como «stop» puestas en marcha sin fuerza contra el acosador, le hacen ver que sus acciones no tienen consecuencias negativas.
En su libro sobre el acoso escolar, Emmanuelle Piquet cuenta el ejemplo de Salomé, 12 años. A Salomé, en el colegio, otro estudiante, Dylan, le preguntaba constantemente «¿Eres un niño o una niña?
La respuesta adecuada mirándole directamente a los ojos sería: «Sí, soy un chico, ¿lo quieres comprobar?». Eso es lo que Salomé contesto a Dylan que desconcertado balbuceó: «No hace falta. Sé que eres una chica». A lo que Salomé respondió: «Ves, ya lo sabes».
Aprender a replicar
El problema es que los niños y adolescentes tienen poca réplica. Es aquí cuando la intervención del adulto puede ser beneficiosa. En su estudio, Emmanuelle Piquet intenta que los pacientes tengan una buena réplica ante el acosador. Una réplica espontánea y natural.
La idea es continuar el entrenamiento en casa con los padres y hermanos hasta que el niño esté seguro de sus respuestas.
No prohibir las redes sociales
El acoso escolar no se detiene en la puerta de la escuela porque también opera en línea. «Es más sofisticado, más cruel, más presente», dice Emmanuelle Piquet. Sin embargo, la prohibición de utilizar las redes sociales al niño acosado, no va a detener el acoso escolar que continuará en la vida real.
Un joven de 14 años tenía acné y estaba siendo acosada. Le ofrecieron que replicara de diferentes maneras. Una de ellas era seleccionar imágenes en Facebook contra el acné y crear un perfil en modo boletín meteorológico sobre sus botones, o imprimir el mensaje en una camiseta: «Tengo acné pero me trato». Todo cambió para él.
¿El acoso escolar es un fenómeno que va en crecimiento?
En los últimos dos años ha habido un aumento de los casos de acoso escolar. Las situaciones son a menudo muy graves y el Ministerio de Educación debería tomar las medidas adecuadas ante la extensión y gravedad del problema.
El acoso escolar también afecta a los estudiantes universitarios. El 10% de los jóvenes universitarios ya se han enfrentado al acoso escolar. Observamos también situaciones dramáticas. Algunos jóvenes tienen pesadillas porque están psíquicamente agotados. Sienten ansiedad y se asustan ante el menor ruido. La gestión debe ser muy rápida porque los jóvenes que sufren de depresión tienen, a menudo, pensamientos suicidas.
¿Cómo se explica el aumento de casos de acoso escolar?
Es debido, en primer lugar, al cambio educativo. Le damos cada vez menos importancia a la empatía, la bondad y el respeto por los demás. Así, los niños y los jóvenes son más impulsivos e intolerantes a la frustración.
La invasión de las pantallas y la desaparición de lo que se denomina «memoria de trabajo», también juegan un papel importante. Es mucho más fácil guardar en el teléfono móvil un número que aprenderlo de memoria, y esto tiene consecuencias sobre la impulsividad y la frustración. Por tanto, desde temprana edad, el ambiente es cada vez más violento.
El acoso escolar no se detiene en las puertas de la escuela. Mediante las redes sociales, las víctimas continúan siendo acosadas en casa. No tienen momento de descanso y esto empeora la situación.
¿Qué es exactamente el acoso escolar cibernético?
El ciberacoso es una forma de acoso.
El acoso escolar se caracteriza por una serie de acciones negativas intencionadas y repetidas.
Cuando la violencia la sufre en línea la víctima (robo de identidad, difusión de información privada, mensajes insultantes, amenazas, críticas…), hablamos de acoso escolar cibernético.
El profesor canadiense Bill Belsey (de Buylling.org cuerpo), define el acoso escolar cibernético como una forma de acoso que utiliza las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones para molestar y amenazar abusando intencional y repetidamente de las víctimas con el objetivo de hacer daño.
Se identificaron cinco criterios para definir un acto de ciberacoso escolar basado en los resultados de las investigaciones realizadas por los investigadores de la Universidad de Amberes y la Facultad de Notre Dame de Namur en 2006 (H. Vandebosch y K.Van Cleemput):
- La intención de hacer daño (desde la perspectiva del autor y / o receptor).
- Ser parte de un patrón repetitivo de acciones negativas en línea y / o fuera de línea.
- Una relación caracterizada por un desequilibrio de las relaciones de poder evaluado según los criterios de la «vida real» (la fuerza física, la edad) y / o criterios relacionados con las TIC» (know-how tecnológico, la «technopuissance»).
- Aparecer en el contexto de los grupos sociales existentes.
- Enfrentarse a un individuo.
¿Cómo prevenir el acoso escolar cibernético?
Se requiere un ambiente sereno y positivo dentro de la institución y de la clase para hablar sobre el acoso y fomentar las relaciones de confianza y respeto entre los jóvenes y los adultos.
Es importante que la escuela adopte una posición clara sobre las sanciones en caso de acoso escolar cibernético.
Las medidas tomadas no deben, sin embargo, evitar la implementación de acciones educativas preventivas.
La educación en medios de identidad digital deberá procurar que los estudiantes sean conscientes de los problemas y el alcance de cualquier publicación en Internet.
¿Qué hacer cuando nos enfrentamos a un problema de acoso escolar cibernético?
El adulto debe seguir siendo la persona de confianza y referencia del niño o joven en situación de acoso escolar.
En el aula, es bueno informar a los estudiantes acerca de las posibilidades de asesoramiento o asistencia en caso de problemas. Es importante que sepan que los adultos están disponibles para escucharles.
El equipo educativo debe permanecer alerta a las señales de acoso escolar a las que podrían someter a un estudiante en las redes sociales. Al igual que ante cualquier conflicto, es necesario conocer los hechos, escuchar a las diferentes partes interesadas y advertir a los padres y la dirección de lo que está sucediendo.
En términos de acción, se puede bloquear a los usuarios en las redes sociales con un comportamiento inapropiado.
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