Autocontrol en niños: definición
Cómo enseñar el autocontrol a los niños
El autocontrol, en términos generales se define como la capacidad consciente de organizar o regular los impulsos de forma voluntaria, esto con el objetivo de llegar a tener un mayor equilibrio personal, y por supuesto, relacional.
La brusquedad infantil es uno de los episodios más comunes en esta etapa. Es por ello que aquí conoceremos algunas técnicas sobre cómo enseñar el autocontrol a los niños. A partir de los dos años de edad comenzará la fase en la que tu pequeño empezará a ser rebelde. A partir de esta edad, el niño quiere enfrentar todos los retos por sí solo. A esa edad es muy difícil que midan las consecuencias de sus acciones y, por lo tanto, la reflexión es inexistente. Es tu tarea, como padre o representante, saber cómo corregir esta conducta de tu “angelito.” Si sabes qué hacer, podrás lidiar la situación para que no le cause mayores consecuencias en el futuro.
Este tipo de conducta entra dentro del desarrollo normal de los seres humanos en sus edades más tempranas. Es por ello que debes afrontarlo con naturalidad. A través de tu cercanía y continuo seguimiento del niño, podrás identificar si esta fogosidad se debe a la etapa natural o no. Te recomendamos que acudas a un especialista si te surge alguna duda. Es imprescindible que lo hagas porque de mantenerse esta actitud, corres el riesgo de que se alargue hasta que el niño sea adulto. Diversas características influyen en el motivo del por qué nuestros niños y niñas desarrollan estos excesivos impulsos.
A partir de esa edad, como tienen un poco más clara la noción del tiempo, los actos de impaciencia y descontrol hacen su aparición. También están descubriendo nuevas conductas y su propia personalidad a través del ensayo error que les permitirá tener una ventana de aprendizaje. Otra de las causas es el común egocentrismo. Actúan de una determinada manera que esperan sea aprobada por el entorno. Cuando esto no sucede así, les crea una frustración que da origen a las desesperantes fuertes y escandalosas rabietas que les llevan a actuar por impulsos. Es ahí es donde debemos trabajar.
Cómo enseñar el autocontrol a los niños
Guíale en el camino del autocontrol
Los consejos sobre cómo enseñar el autocontrol a los niños son variados, pero uno de los más efectivos es realizar un entrenamiento de auto instrucciones. Esto consiste en indicarle una serie de frases que contribuyan a su calma interior en el momento de un ataque impulsivo. Palabras como “me voy a calmar”, “voy a respirar hondo” o “me quedo tranquilo”, pueden ser de mucha ayuda. Invita a tu pequeño a que lo haga con los ojos cerrados. Tendrá mayor efectividad y hará que lo piense dos veces antes de actuar de manera desesperada.
Técnicas de autocontrol en niños agresivos o rebeldes
Una de las técnicas más tradicionales es la del semáforo. Es un método que seguramente tu madre utilizó alguna vez contigo. La idea es utilizar los colores rojo, amarillo y verde de forma tanto gráfica como simbólica. Este cambio de luces servirá para que el niño entienda cómo resolver de la mejor manera sus arranques. Indícale que cuando se sienta desesperado, aplique el color rojo para detenerse, tranquilizarse y pensar antes de actuar. El amarillo es para que medite las posibles consecuencias de sus acciones y busque otras alternativas, mientras que el verde es para que dé rienda suelta a la solución que haya escogido.
Otra forma muy eficaz por lo atractiva que puede llegar a ser es la de crear burbujas. Esto tiene una relación directa con la respiración del niño. El simple hecho de que tome y suelte aire para recrear la elaboración de burbujas le relajará. No es necesario que tenga el recipiente de jabón para poder hacer este ejercicio. También puede hacerlo de forma imaginativa. Cuando el niño esté en su punto más alto de estrés, indícale que quieres hacer burbujas con él. El objetivo es acompañarle en ese proceso de respiración profunda para que se tranquilice.
Actividades para fortalecer el autocontrol en niños
Todos los métodos deben ser naturales
El contacto con elementos de la naturaleza también contribuye de manera efectiva a enseñar autocontrol a los niños. Existe una forma holística bastante sencilla que ofrece resultados muy beneficiosos en el procedimiento para tranquilizar a los bebés. Consiste en el simple acto de tocar agua o arena. Si tu hijo es muy sensible, con solo meter sus manos en una cubeta llena de agua puede llegar a relajarse. También puedes conseguir una caja de arena y colocarla allí para que se entretenga durante un rato. Los resultados te sorprenderán.
Pero, la mejor técnica para controlar esta conducta rebelde y por momentos desesperante de tu niño eres tú mismo. Conviene tener claro que eres la primera referencia de comportamiento en tu hijo y que, por lo tanto. siempre buscará imitarte. Debes mantener un semblante tranquilo y sereno durante sus ataques impulsivos sin alzar la voz ni utilizar la violencia. Él sabrá interpretar el próximo paso (también se conoce como las neuronas espejo). Consiste en una actividad del cerebro de cada ser humano que actúa como una forma de imitación de su entorno.
Si como padre eres capaz de controlar esos difíciles momentos de estrés y preocupación teniendo a tu pequeño cerca, ten por seguro que él también lo hará. El mensaje que puedes transmitir a tus hijos en su conducta es mucho más poderoso de lo que crees. Generalmente se consigue en los momentos más sencillos. Tú significas el mayor ejemplo de comportamiento para los más pequeños de la casa.
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