Déficit de la atención

El déficit de la atención, con o sin hiperactividad, es una afección que se produce en dos contextos diferentes. La incapacidad para concentrarse es uno de los signos más frecuentes. Se acompaña, a veces, de hiperactividad e impulsividad persistentes en la etapa de crecimiento.

Deficit de la atencion

Déficit de la atención

El déficit de atención lo padecen del 5 % a 15 % de los niños en edad escolar y ocurre más entre los chicos que entre las chicas. El déficit de atención puede proseguir en la edad adulta en numerosos casos. Las personas que tienen antecedentes de déficit de atención tienen dificultad para adaptarse a las circunstancias de orden social y académico o integrarse en un medio del trabajo. Una persona afectada de déficit de atención puede tener problemas de aprendizaje durante su infancia, ya que puede repercutir sobre su capacidad de concentración y atención en las tareas que debería cumplir. Los niños afectados por déficit de atención distraen a sus compañeros en clase porque no se hallan en situación de organizar su trabajo ni de prestar atención a sus estudios.

Las personas con déficit de atención son particularmente sensibles a los estímulos sensoriales como el ruido, el tacto y las señales visuales. Alcanzan fácilmente un estado de exaltación extrema que puede tener resonancia sobre su comportamiento pudiendo manifestar agresividad.
Un gran número de personas cree que el déficit de atención y el TDA (trastorno deficitario de la atención) son dos afecciones diferentes, pero de hecho, son dos modos de nombrar el mismo problema. Otras denominaciones, como disfunción cerebral mínima e hiperactividad, cayeron en desuso.

Causas

Factores biológicos son el principio del déficit de atención. Se piensa que los síntomas de una persona afectada de déficit de atención serán neurológicos e imputables a desequilibrios de los constituyentes químicos del cerebro.
Existen en el cerebro unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores que permiten a las células nerviosas enviar mensajes al cuerpo. Según estudios científicos, las personas con déficit de atención tendrían un número más pequeño de ciertos neurotransmisores o carecerían de ellos.

Aunque estos desequilibrios neurológicos han sido observados entre las personas con déficit de atención, la causa exacta no se conoce con precisión. En muchos casos, el déficit de atención parece de origen genético dado que es cuatro veces más probable que los niños afectados tengan allegados con el mismo problema médico, siendo mucho más frecuente entre los verdaderos gemelos que entre otros gemelos y otros hermanos y hermanas. Los especialistas en investigación todavía no han descubierto los cromosomas responsables de esta afección.

Ciertos factores pueden causar daño al cerebro y alterar su función durante período de gestación o después del nacimiento. Esta afección puede ser engendrada durante el desarrollo del embarazo por la exposición a radiaciones, alcohol u otros factores que influyen en el desarrollo del cerebro. Un peso débil en el nacimiento puede aumentar el riesgo de DÉFICIT DE ATENCIÓN. Después del nacimiento, ciertas afecciones infecciosas, como una meningitis o una encefalitis, tocan los tejidos cerebrales y pueden tener resonancia sobre el modo en el que el cerebro transmite señales, contribuyendo a la aparición de los síntomas vinculados al déficit de atención.

Los aditivos alimentarios y el azúcar refinado son acusados de ser, algunas veces, el principio de un déficit de atención o de una exacerbación de los síntomas. Ningún testimonio concluyente permitió verificar la hipótesis de que el azúcar refinado agravaba los síntomas de un déficit de atención. Investigadores sugieren que los colorantes alimentarios artificiales pueden intensificar los síntomas de los niños con comportamiento hiperactivo y poner de manifiesto estos síntomas entre los niños de la población en general.

Síntomas del déficit de atención y complicaciones

Un problema vinculado a la atención deficitaria es descrito como una afección cuando genera un comportamiento anormal con relación a la etapa de crecimiento, y cuando la aparición de los síntomas se presentan antes de la edad de siete años produciendo perturbaciones comportamentales notables vinculadas a la escuela, trabajo, familia o vida social.

Los síntomas de un niño con déficit de atención se clasifican en tres grandes categorías: el descuido, la hiperactividad y la impulsividad.

Sintomas del deficit de la atencion

Síntomas del déficit de la atención

Entre sus manifestaciones anotamos una tendencia natural a:
· Se agita, se mueve en exceso.
· Tiene dificultad para estar sentado.
· Se distrae fácilmente.
· No tiene cuidado con los detalles.
· Tiene dificultad para organizar su trabajo,
· Tiende a olvidarse de las cosas.
· Experimenta una gran dificultad para adaptarse a los juegos.
· Responde a las cuestiones sin reflexionar.
· Difícilmente, sigue directivas.
· Es difícil que conceda una atención constante.
· Pasa rápidamente de una actividad a otra.
· Juega con dificultad.
· A menudo, habla de modo inmoderado.
· A veces, interrumpe.
· Raramente escucha lo que se le dice.
· Frecuentemente no cuida sus cosas.
· Puede emprender actividades peligrosas.

La lista de los síntomas que afectan a los adultos no ha sido descrita, aunque se parecería mucho a la que precede.
Las personas con déficit de atención pueden sentir otros trastornos neurológicos. Entre éstos podríamos observar:
· Problemas en el aprendizaje para el 25 % – 30 % de las personas afectadas por déficit de atención, aunque estén provistas de una inteligencia normal.
· Tics (como los del síndrome de Gilles de La Tourette) es el caso del 20 % de los niños afectados por déficit de atención. Más del 50 % de los niños afectados por el síndrome de Gilles de La Tourette, reciben el diagnóstico de déficit de atención.
· Problemas vinculados al lenguaje, sobre todo a la expresión oral del lenguaje (por ejemplo, el vocabulario).
· Disturbio opcional con provocación.
· Confusiones de conducta.
· Autismo.
· Ansiedad (25 %).
· Depresión (20 % al 30 %).

Diagnóstico

El diagnóstico de déficit de atención se produce con arreglo a una combinación de síntomas. Hace falta que estos síntomas interfieran en importancia en la vida de una persona: en la escuela, el domicilio u otro contexto (por ejemplo, el desarrollo de una actividad extracurricular). Además, el niño debe demostrar estos síntomas constantemente. No existen análisis de sangre, técnicas de diagnóstico por imagen, dispositivos electrónicos que midan la actividad del cerebro y que serían útiles para el establecimiento del diagnóstico. Un especialista determinará si los problemas comportamentales asociados constituyen un problema constante para poder aplicar un tratamiento. Debería recurrirse a cuestionarios y escalas de apreciación a los padres y profesores del niño.

Es posible que personas que jamás hayan recibido el diagnóstico de déficit de atención en su infancia presenten los síntomas a la edad adulta. Estudios muestran que numerosos niños alcanzados por déficit de atención todavía muestran signos de la afección a la edad adulta.

Tratamiento del déficit de la atención y prevención

Hay que cuidar esta afección. Los padres que tienen niños con déficit de atención no deberían tener la impresión de ser culpables si sus niños tienen dificultades en la escuela. Las personas afectadas por déficit de atención son tan inteligentes y competentes como cualquiera, y tienen capacidad para ser felices y tener una vida coronada de éxitos si obtienen la ayuda necesaria.

El tratamiento contra el déficit de atención habitualmente consiste en medicinas combinadas con otras cosas, como un orden educacional familiar y social.
Existen gran número de medicinas contra el déficit de atención. Debemos anotar que las medicinas pueden acompañarse de reacciones indeseables. Es preferible hablar sobre las ventajas y riesgos de una medicina con un profesional de la salud. Algunos estimulantes ayudan a las personas con déficit de atención. Estas medicinas estimulan la producción de las sustancias químicas necesarias en zonas del cerebro que no poseen bastantes neurotransmisores para cumplir esta acción. El atomoxétine es otra medicina empleada para cuidar un déficit de atención. Ayuda a aumentar la tasa de un neurotransmisor del cerebro llamado noradrénaline, y permite a los niños concentrarse durante períodos más largos e ignorar las distracciones que les rodean.

Algunos padres desconfían de estas medicinas, temen que su niño se acostumbre a ellas o se vuelva incapaz de tener éxito sin recurrir a una sustancia química. De hecho, no existen pruebas de que estas medicinas creen dependencia. La toma de la medicina conforme a las directrices del médico, sea de corta o larga duración, ayuda a los niños que mantienen un alto nivel de participación en actividades en las cuales posiblemente no participarían sin la medicina. Algunos niños podrían utilizar otras medicinas. Otros niños podrían funcionar sin ellas.

La toma de medicinas debería acompañarse de una psicoterapia y sesiones con un especialista, como psiquiatra o psicólogo. La iniciación de los padres a métodos eficaces de gestión del comportamiento de los niños, las técnicas de modificación del comportamiento en el aula e intervenciones en medio escolar, como la colocación en clases especiales, son estrategias que dieron resultados prometedores. La puesta en ejecución de ciertos medios modernos como las técnicas de modificación del comportamiento y la terapia cognitivo-comportamental permite a los niños, con déficit de atención, obtener resultados buenos sin medicinas. La modificación de la dieta en las personas con déficit de atención no fue una medida auxiliar útil.

Estas personas podrían complementar sus tratamientos sacando partido de los beneficios de un modo de vida sano que contendría ejercicios físicos regulares, dieta equilibrada y buenas costumbres de sueño (como fijarse una hora para acostar y levantar, absteniéndose de consumir cafeína, de tomar comidas copiosas y entregarse a actividades estresantes antes de ir a la cama).

En general, en cuanto un tratamiento ha sido adoptado, los niños con déficit de atención deben aprender a sacar partido de su poder de concentración recientemente adquirido.

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  1. Victoria 22 enero, 2017

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