La importancia del nombre para un niño

Importancia psicológica del nombre para un niño

La importancia del nombre para un niño

La importancia del nombre para un niño

¿Alguna vez te has preguntado por qué es importante elegir un buen nombre para un niño? Si es así, aquí te daremos algunas respuestas a dicha pregunta, analizadas desde el sentido común y por especialistas.

El nombre nos presenta a otros, nos escoge, lleva nuestra historia. Puede ser una fuente de vergüenza, orgullo, ocultar secretos o sufrimiento. Algunos se aferran a él como una boya, otros sólo quieren librarse de él. La relación con nuestro nombre rara vez es simple.

El nombre de un ser humano es un componente esencial para su vida. Según Freud, en su ensayo Tótem y tabú, nuestro nombre es a la vez el símbolo de nuestra humanidad y nuestra singularidad.

En el momento de nuestro nacimiento, todavía somos solo un cuerpo anónimo. Solo la atribución de un nombre nos permitirá realmente existir, y luego, a la hora de nuestra muerte, nos dará el derecho de ser dignamente enterrados.

Tendemos a percibir nuestro nombre como una de las partes más esenciales de nuestro ser. De ahí nuestra fascinación, o nuestra irritación cuando nos encontramos con alguien que, por casualidad, lleva el mismo: es para nosotros una especie de «doble», un espejo que nos desafía y en el que intentaremos percibir. Esto quiere decir que el nombre no es un simple instrumento de designación de nuestra identidad, también transmite fantasías, símbolos, expectativas. Pero, aún más, es capaz de actuar sobre nuestros cuerpos.

Importancia del nombre para el niño desde el punto de vista emocional

El nombre implica una gran responsabilidad, tanto para quienes lo dan como para quienes lo reciben.

Responsabilidades

La primera forma de responsabilidad se refiere al hecho de que en este mundo hay varias formas de elegir y luego dar un nombre, no se trata de renunciar nuestra simpatía, concepciones o hábitos. El dar un nombre requiere una gran reflexión y, de alguna manera, una conciencia, pues obtener un nombre significa nacer por segunda vez.

La segunda responsabilidad es también para aquellos que la recibieron de forma gratuita, ya que es tarea de quienes la tienen para cultivarla, intentando comprender su origen, su significado. Pero esta responsabilidad es sobre todo experimentar el asombro de esta pequeña pero extraordinaria palabra. Lo más importante de todo, porque convierte a cada persona en un ser vivo, ya no anónimo.

Gracias al nombre el hombre se convierte en ciudadano del mundo, puede asignar un significado verbal a las cosas y compartirlo con los demás. El lenguaje auténtico y el portador de la verdad solo pueden existir a través de los nombres; es un evento que solo es posible entre personas conocidas por su nombre.

Cuidado con los nombres no aceptados socialmente: evitar las burlas y problemas psicológicos en los niños

Algo que los padres deben tener muy en cuenta, es que cuando ponen a su bebé un nombre que no es aceptado socialmente o tiene una connotación hacia la ridiculización, esto puede incidir de manera negativa en su identidad, generándole problemas psicológicos como la negación, el complejo, la inconformidad, problemas de socialización, culpabilización a los progenitores, incluso sentimientos de inferioridad, que a la larga no serán buenos para el bienestar emocional del infante. Llegando incluso a dejar de usar su nombre y preferir ser llamado por algún sobrenombre o apodo.

Conclusión

Está claro que las palabras son de una importancia fundamental y que vale la pena elegirlas cuidadosamente. Y la misma recomendación se aplica a los nombres propios cuyo significado, origen y simbología están lejos de ser irrelevantes. Es importante conocer el significado de nombres en la historia, pues elegir un buen nombre no solo pasa por un tema cultural, también es importante escuchar el corazón y la intuición. Un nombre que emita vibraciones negativas, que solo pensarlo y pronunciarlo no nos hace sentir bien, debería evitarse. Por el contrario, si un nombre emana positividad, puede que sea el adecuado.

A partir de ahora, antes de elegir el nombre de tu bebé, escucha tu voz interior e infórmate sobre su significado. Si es cierto que tiene el poder de influir en nuestro destino, vale la pena esforzarse un poco más en informarse sobre ello.

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