Mi hijo no quiere dormir en la cama: como hacer para que tu hijo duerma solo en su cuarto

Mi hijo no quiere dormir en la cama

Mi hijo no quiere dormir en la cama

Una de las preocupaciones que tienen los padres cuando su hijo cumple los dos años de edad es  “mi hijo no quiere dormir en la cama”. El vínculo que se crea con los niños es tan fuerte que en muchas ocasiones es difícil enfrentarse a esta situación. Nos duele ver a nuestros queridos hijos llenos de temor y llanto por no querer estar solos en su habitación cuando llega la hora de dormir. Pero, ante todo, debemos tener claro que si no corregimos a tiempo esta conducta pueden generarse muchos problemas a corto y largo plazo.

¿Por qué tu hijo(a) no quiere dormir solo(a) en su cuarto?

Por lo general, estos temores están ocasionados por el miedo a la oscuridad o por la sencilla razón de que a los niños no les gusta la soledad. Es muy importante que escuches sus razones y trates, en la medida de lo posible, de solucionar sus preocupaciones. No cuesta nada dejar alguna pequeña lámpara encendida durante la noche en el cuarto del niño para calmar esos temores. Con el tiempo, el niño lo superará y llegará el momento en que dormirá sin ninguna luz prendida. También, le dará la sensación de seguridad que tanto busca y necesita poder abrazar un peluche o algún cojín.

En muchas ocasiones, el escenario que se prepara cuando el niño se mete en la cama de los padres, a veces con berrinche incluido, puede generar problemas de pareja. La privacidad es un aspecto muy importante en cualquier relación y, después de un largo día de trabajo, lo que se quiere es descansar o pasar una velada romántica. Por todas estas razones, aunque sea difícil por el lazo sentimental que os une, debes marcar un límite con el niño. Intenta crear hábitos desde muy temprana edad para prevenir cuanto antes esos episodios.

Fijarle una hora para ir a dormir cada noche, darle el biberón o algún vaso de leche, desearle las buenas noches y leerle un cuento son sólo algunas ideas que puedes utilizar para crear una rutina que te servirá para que el niño sepa que es hora de ir a la cama. También, cantarle canciones de cuna suele ser un método muy efectivo. Después de un agradable baño con agua tibia que relaje su cuerpo y le prepare para un plácido descanso, lo ideal es que la actividad previa antes de que se acueste transcurra de manera tranquila.

¿Qué debo hacer cuando mi hijo no quiere dormir en su cama?

A veces nos preguntamos ¿qué debo hacer cuando mi hijo no quiere dormir en su cama? Lo único que se debe tener claro es que hay que evitar acompañarle durante demasiado tiempo. Se trata de una costumbre muy negativa que dará como resultado el repunte de la problemática. Nuestra presencia no debe ser un factor que influya en su descanso nocturno. Si tu hijo te busca en el dormitorio debes mostrar paciencia pero, a la vez, carácter para que regrese al suyo. Cálmale si llora y explícale las razones por las que debe dormir solo repitiendo el procedimiento cuantas veces sean necesarias.

Si tu hijo no quiere dormir solo en la cama debes educarle y guiarle para que supere esta etapa. Cuando por fin logres que lo haga, debes felicitarle y hasta premiarle para reforzar ese buen comportamiento. Ese primer contacto con los padres al comienzo de un nuevo día es determinante para crear esa tan deseada rutina. Dale un beso o un abrazo para que tu hijo se siente bien, seguido de unas afectivas palabras que le demuestren lo feliz que te sientes por su logro.  El niño lo percibirá de la mejor manera.

Debes ser claro y conciso cuando te sientes a conversar con él para explicarle los motivos por los que debe dormir solo. Recálcale que ya es grande y eso es lo que hacen los niños de su edad. Prométele recompensas para el día siguiente que llamen su atención como prepararle su desayuno favorito o dar juntos un paseo por el parque. El único espacio para la flexibilidad que puedes permitirte es el de acordar un período de tiempo para iniciar el proceso de adaptación. Eso sí, si acordáis tres o cuatro días no quiere decir que cuando pasen esos días el niño no se mostrará algo malcriado. En ese momento es cuando debes ser tajante.

No retrocedas lo avanzado

Bajo ningún concepto debes llevarle a tu cama. Si haces esto perderás todo el trabajo realizado anteriormente y tendrás que comenzar desde cero. La conducta de los niños es muy compleja en ese aspecto. Será difícil corregir el problema si le das a entender que con ciertos comportamientos puede lograr lo que quiere. Si llora de forma desconsolada puedes acercarte para consolarle hasta que se calme, pero no permanezcas demasiado tiempo dentro de la habitación. Lo mejor es que estés el menor tiempo posible con él durante la etapa en que debe conciliar el sueño.

Pedir un vaso de agua es una de las tácticas más utilizadas por los propios niños para buscar la atención y posterior compañía de sus padres. Para evitar esto, puedes dejar durante toda la noche un vaso con agua cerca de su cama. Recuérdale que te mantendrás cerca y, si el llanto se apodera de él, cálmale e indícale que nada malo le pasará porque no corre ningún riesgo y, además, tú estarás cerca para prevenirlo. Crear y reforzar esa relación de confianza es fundamental en el lazo entre padres e hijos.

Si tu hijo no quiere dormir solo en su cama, tú tienes las herramientas necesarias para revertir esa situación. Eso es lo que debe hacer cualquier padre. Con paciencia, dedicación y disciplina puedes alcanzar el objetivo de inculcar a tu hijo un correcto hábito de sueño.

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