Déficit atencional
Según los expertos, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), probablemente ha existido siempre. Sin embargo, no se ha descrito clínicamente hasta principios del siglo XX. Ha tenido varios nombres: el síndrome del niño hiperactivo (primera aparición en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en 1968), a través del desorden de déficit de atención con o sin hiperactividad (1980) y el desorden de hiperactividad por déficit de atención o ADHD (1987).
Hoy en día, se utiliza el término trastorno de hiperactividad y déficit de atención (Daah) o trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH).
Las personas con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) tienen dificultad para concentrarse, estar atentas y llevar a buen término las tareas complejas. A menudo tienen problemas para permanecer en el lugar y mientras esperan su turno, con frecuencia, actúan impulsivamente.
Estos comportamientos se pueden encontrar en todos los seres humanos, pero están presentes de manera inusualmente pronunciada y prolongada en las personas con TDAH. También, están presentes en todas las circunstancias de la vida (no sólo en la escuela o en casa, por ejemplo).
TDAH en adolescentes y adultos
TDAH es más notable en niños que en adultos. Sin embargo, persiste en la adolescencia en el 40% a 70% de los casos. Se estima que el 4% de los adultos sufren de déficit de atención con o sin hiperactividad. A veces, el TDAH se diagnostica en la edad adulta.
Tres estados caracterizan los síntomas del TDAH: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Pueden estar presentes en diversos grados. Por ejemplo, un niño que siempre está «en la luna», que no termina su tarea, que no sigue las instrucciones y pierde constantemente sus pertenencias, podría estar sufriendo de TDAH.
Otros niños son hiperactivos, impulsivos e inquietos, pero se centran relativamente bien en las tareas. En general, la hiperactividad y la impulsividad están más pronunciadas en niños que en niñas.
En la mayoría de las personas con TDAH, el origen es neurológico y puede depender de la herencia y factores ambientales. Los expertos son categóricos al respecto: el TDAH no está causado por necesidades emocionales insatisfechas o problemas psicosociales aunque puede exacerbarse por estos factores.
TDAH se diagnostica, generalmente, alrededor de los 7 años. Sin embargo, los niños con TDAH tienen comportamientos difíciles con dos años.
TDAH y la inteligencia
No hay ninguna relación entre el TDAH y la inteligencia del niño. Las dificultades académicas sufridas por la mayoría de los niños con TDAH están, a menudo, relacionadas con trastornos de conducta o déficit de atención, pero no por falta de inteligencia.
Prevalencia del TDAH
Es el trastorno neuroconductual más común en niños: afecta del 5% al 10% de ellos. Se ha afirmado durante mucho tiempo que su prevalencia es mayor en los varones, posiblemente porque los niños con TDAH tienen un comportamiento más hiperactivo que las niñas. Sin embargo, en estudios más recientes se dice que no hay diferencias significativas entre los dos sexos.
Diagnóstico del TDAH
No es fácil establecer un diagnóstico de TDAH debido a que los mismos síntomas pueden provenir de otros trastornos. Por lo tanto, el diagnóstico de TDAH se basa en una evaluación exhaustiva del niño y su entorno.
El médico debe interesarse en el desarrollo psicomotor del niño.
Las pruebas psicológicas y neuropsicológicas pueden ser útiles para evaluar su potencial de aprendizaje académico y su coeficiente intelectual. Los maestros también pueden contribuir a la evaluación del niño.
No hay un examen psicológico para diagnosticar la enfermedad formalmente. De acuerdo con los criterios de la Asociación Americana de Psiquiatría hay que observar una serie de síntomas como falta de atención, hiperactividad e impulsividad en el niño o adulto.
Para que se confirme el diagnóstico es importante saber que:
• Algunos síntomas deben estar presentes antes de los 7 años.
• Los síntomas se dan en el domicilio o escuela, aunque su intensidad puede variar de un lugar a otro.
• Los síntomas deben estar presentes durante al menos seis meses.
Causas del TDAH
El TDAH es una enfermedad compleja que no tiene una causa única. Es un trastorno neurológico relacionado con anomalías en el desarrollo de la función cerebral.
Los investigadores observaron que en niños o adultos con TDAH, las áreas del cerebro responsables de la atención, sentido de organización y control del movimiento se activaban de forma anormal o tenían anatomía única.
También señalaron un desequilibrio en los niveles de ciertos mensajeros químicos (neurotransmisores) en el cerebro, como la dopamina y la norepinefrina.
Genética
Los factores hereditarios suponen una importante contribución al desarrollo de ADHD. De hecho, en los estudios de gemelos idénticos, los investigadores han descubierto que cuando un gemelo tiene TDAH, en el 80% de los casos, el otro también.
Además, la mayoría de los niños con TDAH tienen, al menos, un miembro de la familia que también lo sufre. Varios genes implicados en el TDAH se han identificado, pero los factores genéticos no sólo explican la enfermedad.
El entorno
La exposición a ciertas sustancias tóxicas (alcohol, tabaco, plomo, pesticidas, etc.) durante la vida fetal afecta en un 10% o 15% de los casos. Otros factores ambientales, no todos identificados, contribuyen a la aparición de la enfermedad en niños genéticamente susceptibles.
El daño cerebral
Lesión o infección cerebral, falta de oxígeno al nacer u otras complicaciones en el nacimiento pueden aumentar el riesgo de TDAH.
Trastornos asociados con el TDAH
Muchos niños con ADHD sufren uno o más de los siguientes trastornos:
• Trastorno de oposición desafiante. Hostil, suspicaz y negativo a las figuras de autoridad. Tiende a ocurrir con más frecuencia en niños impulsivos o hiperactivos.
• Trastornos de conducta. Conducta antisocial profunda que puede conducir al robo y a un comportamiento, generalmente, destructivo hacia otros seres humanos y animales.
• Depresión. La depresión aparece porque el niño no puede controlarse a sí mismo. A menudo sufre baja autoestima. La depresión puede aparecer tanto en niños como en adultos con TDAH, especialmente si otros miembros de la familia la han sufrido.
• Trastornos de ansiedad. La ansiedad excesiva y el nerviosismo que la acompaña producen diversos síntomas físicos (tics, latidos rápidos del corazón, sudoración, mareos, etc.) o trastorno obsesivo compulsivo.
• Problemas de aprendizaje. Alrededor del 20% de los niños con TDAH han retrasado el desarrollo del lenguaje y la motricidad (incluyendo la escritura).
Consecuencias del TDAH
En la edad adulta, el TDAH puede causar serios problemas de comportamiento social. Así, casi la mitad de los adultos con TDAH sufren trastornos de ansiedad que perturban su integración social y equilibrio. Además, las personas con TDAH son más propensas que otras a sufrir de adicción al alcohol o drogas.
Por eso, es muy importante hacer todo lo posible para identificar y tratar el TDAH lo antes posible.
Los síntomas del TDAH
Las tres características principales del TDAH son la falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Aparecen con mayor o menor intensidad.
TDAH infantil
La falta de atención
• Dificultad para prestar constante atención a una tarea o actividad. Sin embargo, el niño puede llegar a controlar mejor su atención si tiene interés en la actividad.
• Errores por descuido en las tareas escolares, trabajo u otras actividades.
• Falta de atención al detalle.
• Dificultad para iniciar y completar la tarea o realizar otras.
• Tendencia a evitar las actividades que requieren esfuerzo mental sostenido.
• Impresión de que el niño no nos escucha cuando no dirigimos a él.
• Dificultad para retener instrucciones y aplicarlas a pesar de que las entiende.
• Dificultad para conseguir organizarse.
• Tendencia a estar distraído y olvidadizo en la vida diaria.
• Pérdida frecuente de objetos personales (juguetes, lápices, libros, etc.).
Hiperactividad
• Tendencia a mover con frecuencia las manos o pies mientras se está en una silla.
• No permanecer sentado en la clase u otros lugares.
• Tendencia a correr y trepar por todas partes.
• Tendencia a hablar mucho.
• Dificultad para interesarse por juegos o actividades tranquilas.
Impulsividad
• Tendencia a interrumpir a los demás o responder a preguntas que aún no se han completado.
• Tendencia a imponer su presencia en conversaciones o juegos. Dificultad para esperar su turno.
• Impredecible y cambiante.
• Cambios de humor frecuentes.
Otros síntomas
El niño puede ser antisocial, incluso agresivo, lo que puede llevarle a ser rechazado por los otros niños.
Todos los niños con comportamiento «difícil» no son TDAH. Muchas situaciones pueden producir síntomas similares a los de ADHD. Por ejemplo: situación familiar conflictiva, separación, incompatibilidad de caracteres con un maestro y conflictos con los amigos.
A veces, la sordera no diagnosticada puede explicar un problema de falta de atención. Por último, otros problemas de salud pueden causar estos síntomas. Habla de ello con tu médico.
TDAH en los adultos
Los síntomas principales como falta de atención, hiperactividad e impulsividad, se expresan de manera diferente. El TDAH adulto lleva una vida bastante caótica.
• Hiperactividad física.
• La inmovilidad le genera tensión interna y ansiedad.
• Búsqueda de sensaciones (deportes extremos, velocidad, drogas y juegos de azar).
• Baja concentración.
• Dificultad en la organización diaria y a largo plazo.
• Dificultad para completar las tareas.
• Cambios de humor.
• Carácter irascible e impulsivo.
• Baja autoestima.
• Dificultad para manejar el estrés.
• Dificultad para tolerar la frustración.
• Poca estabilidad en la vida matrimonial y el trabajo.
Personas en riesgo de TDAH
• Personas con antecedentes familiares de TDAH.
• Niños que han sufrido un violento golpe en la cabeza.
• Niños que han tenido meningitis bacteriana.
• Las personas que nacen prematuramente. Varios factores, incluyendo el peso al nacer, podrían influir en el riesgo de desarrollar TDAH. Las personas que nacen antes de tiempo son más propensas a problemas de aprendizaje.
• Los que tuvieron falta de oxígeno al nacer.
Los factores de riesgo ADHD
• El uso de alcohol o drogas durante el embarazo. Algunos estudios sugieren que el abuso de alcohol y la absorción de fármacos por la madre durante el embarazo pueden reducir la producción de dopamina en los niños y aumentar el riesgo de ADHD.
• El tabaquismo materno durante el embarazo. Varios estudios sugieren que las mujeres embarazadas que fuman tienen de 2 a 4 veces más riesgo de tener un hijo con TDAH.
• La exposición a plaguicidas u otras sustancias tóxicas (tales como los PCB) durante la vida fetal o durante la infancia puede contribuir a la alta prevalencia de TDAH como lo demuestran varios estudios recientes.
• Un envenenamiento por plomo en la infancia. Los niños son particularmente susceptibles a los efectos neurotóxicos del plomo. Este tipo de intoxicación es rara.
La prevención de ADHD
¿Podemos prevenir?
Es difícil prevenir la aparición del TDAH ya que sus causas son poco conocidas y, en gran parte, genéticas. Sin embargo, se deben tomar medidas para reducir el riesgo de impactos en la cabeza, meningitis, exposición a contaminantes y envenenamiento por metales pesados (especialmente plomo).
Además, las mujeres embarazadas deben tomar las siguientes precauciones:
• No fumar.
• No tomar alcohol o drogas.
• Evitar la exposición a contaminantes ambientales.
Medidas para prevenir las consecuencias
TDAH afecta a toda la familia en el aprendizaje y la integración social. Es importante reunir todos los recursos para ayudar al niño y su familia. Esto evitará la aparición de consecuencias graves en la adolescencia y edad adulta (baja autoestima, depresión, abandono, etc.).
El tratamiento médico del TDAH
No parece haber ninguna cura. El objetivo es mitigar las consecuencias del TDAH en niños y adultos, es decir, sus dificultades escolares o profesionales y los padecimientos relacionados con el rechazo que a menudo sufren por su baja autoestima, etc.
Crear un entorno para la persona, tanto médicos como profesores, con experiencias positivas. Los padres también juegan un papel crucial. “De hecho, aunque muchos profesionales acompañan al niño, los padres siguen siendo los» terapeutas» más importantes para estos niños», dice el Dr. François Raymond, pediatra.
Medicación
Los tipos de medicamentos utilizados no siempre son necesarios y deben estar asociados con uno o más enfoques psicosociales. Sólo una evaluación médica completa determinará si se necesita medicación.
El metilfenidato (Ritalin, Rilatine®, Biphentin®, Concerta, PMS-Methylphenidate®) es el medicamento más utilizado en los casos de TDAH. No cura la enfermedad ni impide su persistencia en la edad adulta pero reduce los síntomas.
Ritalin para adultos
En los adultos, el tratamiento es similar pero las dosis son más altas. Los antidepresivos a veces pueden ser útiles. El TDAH en los adultos ha sido menos estudiado que en los niños, y las recomendaciones varían de país a país.
Es un estimulante que aumenta la actividad de la dopamina en el cerebro. Paradójicamente, alivia a la persona, mejora la concentración y le permite vivir experiencias más positivas. En los niños hay mejores resultados escolares. Las relaciones son más armoniosas con los padres y amigos.
No debe prescribirse metilfenidato antes de la edad escolar.
La dosis varía de una persona a otra. El médico ajusta la medicación según las mejoras observadas y los efectos secundarios (problemas de sueño, pérdida de apetito, dolores de estómago o cabeza, tics, etc.). Los efectos secundarios tienden a desaparecer con el tiempo. Si la dosis es excesiva, la persona va a estar demasiado tranquila. Un ajuste de la dosis es necesario.
En la mayoría de los casos, el medicamento se toma 2 o 3 veces al día: una dosis por la mañana, otro en el almuerzo y, si es necesario, una final de la tarde. El metilfenidato está también disponible como tabletas de acción prolongada. Se tomará una vez al día por la mañana. Debes saber que el metilfenidato no crea adicción fisiológica o psicológica.
Los requisitos de Ritalin
Los médicos prescriben Ritalin.
Otros medicamentos pueden ser utilizados como los derivados de la anfetamina (Adderall, Dexedrine). Sus efectos (beneficiosos y adversos) se parecen a los del metilfenidato. Algunas personas responden mejor a medicamentos de otra clase.
Un medicamento no estimulante, la atomoxetina (Strattera), también reduce los síntomas principales de la hiperactividad y falta de atención causados por el TDAH. Uno de sus beneficios es que no influye en la calidad del sueño. Permite que los niños se queden dormidos más rápidamente y estén menos irritables en comparación con los niños que toman metilfenidato.
También reduce la ansiedad en los niños que la sufren. Por último, la atomoxetina puede ser una alternativa para los niños a los cuales el metilfenidato causa tics.
El niño debe ser revisado 2 o 4 semanas después de iniciar el tratamiento, y a intervalos regulares durante algunos meses.
Enfoque psicosocial
Hay varias maneras de ayudar al niño, adolescente o adulto a controlar sus síntomas. Hay muchas formas de apoyo que ayudan a mejorar la atención y reducir la ansiedad relacionada con el TDAH.
Estas intervenciones incluyen:
• Consultas con un educador, profesor de apoyo o psicólogo.
• Terapia familiar.
• Grupo de apoyo.
• Capacitación para ayudar a los padres que se preocupan por su niño hiperactivo.
El mejor resultado se obtiene cuando los padres, maestros, médicos y psicoterapeutas trabajan juntos.
Vivir bien con niños hiperactivos
Dado que el niño hiperactivo tiene problemas de atención necesita estructuras claras para promover su aprendizaje. Por ejemplo, es mejor confiarle una sola tarea a la vez. Si la tarea o juego es complejo es mejor dividirlo en pasos fáciles de entender y alcanzar.
El niño hiperactivo es sensible a estímulos externos. Estar en un grupo o ambiente de distracción (TV, radio, ejercicio al aire libre, etc.) puede actuar como desencadenante o agravante. Para la ejecución de tareas que requieren concentración, se recomienda trasladarse a un lugar tranquilo donde no haya estímulos que puedan desviar su atención.
Algunos trucos pueden ayudar a los niños que tienen problemas para conciliar el sueño. Los niños pueden ser alentados a estar físicamente activos durante el día y disfrutar de actividades relajantes, como leer, antes de acostarse. También se puede crear un ambiente relajante (iluminación tenue, música suave, aceites esenciales relajantes, etc.).
Es aconsejable evitar la televisión y los videojuegos una o dos horas antes de acostarse. También, es deseable adoptar una rutina constante de sueño.
Tomando Ritalin a menudo cambian los hábitos alimenticios de los niños.
En general, tienen menos apetito en el almuerzo y la cena. Si éste es el caso, hay que darle la comida principal cuando tiene hambre. Para el almuerzo, desde el mediodía, hay que darle pequeñas porciones de diversos alimentos. Si es necesario, ofrécele meriendas nutritivas.
Si el niño está tomando medicamentos de larga duración (una dosis única por la mañana), puede ser que tenga hambre por la noche.
Vivir con un niño hiperactivo requiere mucha energía y paciencia por parte de sus padres y maestros. Por eso es importante que reconozcan sus limitaciones y pidan ayuda cuando sea necesario.
El niño hiperactivo no tiene concepto de peligro. Por esta razón, en general, requiere más supervisión que un niño normal. Cuando no sea posible que los padres estén con el niño, es importante que elijan una persona de confianza y con experiencia para evitar accidentes.
La fuerza, los gritos y los castigos corporales son generalmente inútiles. Cuando el niño va «más allá de los límites», o los trastornos de conducta aumentan, aíslale unos pocos minutos (en su habitación, por ejemplo). Esta solución permite que todos puedan encontrar algo de paz y recuperar el control.
A fuerza de sufrir reproches atribuibles a sus problemas de conducta y sus meteduras de pata, los niños hiperactivos pueden sufrir falta de confianza. Es importante tener en cuenta su progreso en lugar de sus errores. Motivación y estímulo dan mejores resultados que el castigo.
Por último, a menudo hablamos de los niños TDAH y olvidamos destacar sus cualidades. Suelen ser muy cariñosos, creativos y deportistas. Es crucial que estos niños se sientan queridos por la familia, sobre todo porque son muy sensibles al afecto.
En 1999, un importante estudio financiado por el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, después de haber estudiado 579 niños, destacó la utilidad del enfoque global. Los investigadores compararon algunos enfoques durante 14 meses: la medicación, un enfoque del comportamiento de los padres, niños y escuelas, una combinación de medicamentos, el enfoque conductual y cualquier intervención en particular.
La terapia de combinación es la que ofrece la mejor eficiencia en general (habilidades sociales, desempeño escolar, relaciones con los padres). Sin embargo, 10 meses después de la interrupción del tratamiento, el grupo de niños que habían recibido los medicamentos (en una dosis más alta que el grupo que recibió la combinación de los dos tratamientos) es el que tuvo menores síntomas..
Los enfoques complementarios del TDAH
La biorretroalimentación
Estudios revelaron que una reducción significativa de los síntomas principales del TDAH (falta de atención, hiperactividad e impulsividad) fue observada después de los tratamientos con neurofeedback.
Las comparaciones con medicación eficaz tipo Ritalin enfatizan la equivalencia e incluso la superioridad de la biorretroalimentación sobre este tratamiento clásico. Es importante mencionar que la colaboración de la comitiva (profesores, padres, etc.) en el plan de tratamiento aumenta las posibilidades de éxito.
Neurofeedback
Una variante de la biorretroalimentación es una técnica de conducción por la cual una persona puede aprender a actuar directamente sobre la actividad eléctrica de su cerebro. Durante la reunión, la persona está conectada por electrodos para controlar las ondas cerebrales. Así, el dispositivo permite que la persona conozca la atención de su cerebro cuando realiza una tarea específica y correcta para restaurar la concentración.
Homeopatía
En 2005, se publicaron dos ensayos clínicos aleatorios. Uno dio resultados convincentes. Se trata de un cruce de pruebas, con placebo de 12 semanas, que examinó 62 niños de 6 a 16 años. Se obtuvo una reducción de, al menos, el 50% de sus síntomas (cambios de impulsividad, falta de atención, hiperactividad, cambios del estado de ánimo, etc.). El otro ensayo piloto comparó los efectos de la homeopatía a los de un placebo en 43 niños de 6 a 12 años. Después de 18 semanas, el comportamiento de los niños de ambos grupos mejoró pero no se observaron diferencias significativas entre los dos grupos.
Terapia del masaje y relajación
Algunos ensayos han tratado de demostrar los beneficios que podría tener la terapia de masaje para aliviar los síntomas de TDAH. Algunos efectos positivos se obtuvieron: un menor grado de hiperactividad, mejorara de la capacidad, mejor estado de ánimo, mejor comportamiento en el aula y sensación de bienestar. Del mismo modo, la práctica del yoga u otros métodos de relajación pueden mejorar, ligeramente, el comportamiento.
Método Tomati
El tratamiento del TDAH es una de las principales aplicaciones de esta forma de entrenamiento auditivo desarrollado por un médico francés, el Dr. Alfred Tomatis. Se dice que dio muy buenos resultados entre los niños franceses con TDAH. Sin embargo, su eficacia no ha sido probada en ensayos clínicos.
De acuerdo con el método Tomatis, el TDAH es atribuible a una mala integración sensorial. Al principio, trata de mejorar la capacidad de escucha en pacientes jóvenes al estimularles el cerebro. Les ayuda a concentrarse en el sonido sin distracciones. Para ello, el paciente usa audífonos especiales para escuchar cintas diseñadas para este método como música de Mozart, cantos gregorianos o, incluso, la voz de su madre.
Enfoque nutricional
Algunos investigadores creen que la dieta podría estar relacionada con el TDAH. Esta hipótesis no se verifica aún, pero varios estudios sugieren la utilidad de los suplementos o dietas especiales para reducir los síntomas de TDAH.
Zinc
Según varios estudios, la deficiencia de zinc se asocia con síntomas de TDAH más pronunciados.
Por otra parte, los resultados de dos ensayos controlados con placebo realizados en Turquía e Irán a 440 niños con TDAH, muestra que un suplemento de zinc únicamente (150 mg de sulfato de zinc durante 12 semanas) o asociado con un medicamento convencional (55 mg de sulfato de zinc durante seis semanas) podría ayudar a los niños con esta condición.
Sin embargo, se llevarán a cabo más ensayos para probar su eficacia en niños occidentales que son menos propensos a sufrir deficiencia de zinc.
El magnesio
En un estudio de 116 niños con TDAH, se observó que el 95% de ellos mostraron signos de deficiencia en magnesio. Los resultados de un placebo a 75 niños con TDAH indicaron que tomando 200 mg de magnesio al día durante 6 meses, se reducían las manifestaciones de hiperactividad en niños tratados con el suplemento en comparación con los que recibieron el tratamiento clásico.
Resultados positivos se obtuvieron, también, en niños hiperactivos con la suplementación simultánea de magnesio y vitamina B6.
Dieta Feingold
En la década de 1970, el médico estadounidense Benjamin Feingold publicó un libro titulado ¿Por qué su hijo es hiperactivo? En él, asocia TDAH a la alimentación como un «envenenamiento». El dr. Feingold desarrolló como tratamiento una dieta que tuvo algo de popularidad a pesar de la falta de investigación para confirmar la relación entre la dieta y el TDAH.
En su libro, el Dr. Feingold dice que sería capaz de recuperar a la mitad de sus pacientes jóvenes que padecen TDAH con una dieta libre de salicilato, presente en ciertas plantas, y sin aditivos alimentarios (conservantes ni estabilizantes, colorantes, edulcorantes, etc.).
Desde entonces, varios estudios se han realizado sobre esta dieta y han arrojado resultados contradictorios. Algunos estudios empíricos apoyan la tesis del Dr. Feingold, mientras que otros llevan a resultados contrarios.
Sin embargo, en 2007, un ensayo clínico doble llevado a cabo contra el placebo en casi 300 niños de 3 años, 8 años y 9 años, mostró que el consumo de colorantes o aditivos alimentarios artificiales aumentaba la hiperactividad en ellos.
Dieta hipoalergénica
Se realizaron pruebas para evaluar si las alergias de algunos alimentos (leche, nueces, pescado, trigo, soja) incidían en el TDAH. Por ahora, los resultados son variables. Tienen más probabilidades de beneficiarse aquellos niños con antecedentes familiares de alergias (asma, eczema, rinitis alérgica, etc.) o migrañas.
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